12/10/14

¿Dónde estabas cuando pasó lo que pasó? ¿Hablándote al espejo sola?

Doña Rogelia se puso re loca con el Tío Jorge de Buenos Aires que maltrató a la oposición en su conjunto, para al otro día tenerla comiendo de la mano del grupo en el que trabaja/opera.

Para la tía Rogelia, que como toda vieja chota es bien machista, mientras se putee y destrate a Cristina está todo bien. Se puede decir de ella que es Bipolar, puede aparecer un diagnósticador pseudo-científico hablando de un síndome de hubris, se puede decir que está mal medicada y muchísimas cosas más. Isultarla incluso.

Ahora no te metas con Hermes y sus amiguitos porque la vieja te contesta muy mal, Y HASTA HACE COMO QUE DEFIENDE A LA POLÍTICA FRENTE A LA ANTI-POLÍTICA de estos ataques. ¡Qué mal viene el Resero Blanco Sanjuanino ultimamente!

Leamos: Jorge Lanata no tiene derecho a referirse en estos términos a la oposición. Quiero ser más preciso: ni a la oposición ni al oficialismo. Es una cuestión de estilo, pero por sobre todas las cosas es una exigencia ética. Somos periodistas, no barrabravas. Escribimos, no vomitamos. Y se supone que defendemos la democracia y sus instituciones. Estamos comprometidos con un lenguaje. El periodismo es información, es opinión, pero por sobre todas las cosas es docencia. Así lo entendieron nuestros maestros. Un micrófono, una cámara, la columna en un diario no es un privilegio, es una responsabilidad.

La experiencia enseña que no es bueno adular a nadie. Los halagos excesivos terminan estimulando miserables vanidades. Vale para políticos, vale para periodistas, vale para todos. Pero sobre todo, vale para quienes disponen de cuotas de poder. Todas las variantes de la soberbia y la prepotencia se nutren del exceso de adulaciones y lisonjas. Todas. Lanata no es la excepción. Enfermo de importancia, supone que puede comportarse como un chico malcriado, con sus berrinches, sus vulgaridades y sus groserías. Para esos menesteres ya está Maradona. Alguna vez, una periodista valiente y talentosa nos advirtió a todos los argentinos acerca del peligro del enano fascista. La advertencia ahora debería hacerse extensiva a su primo hermano, a ese joven apuesto y bello que responde al nombre de Narciso. COMPLETO 

Una pena que no difienda así a la política siempre y sólo cuando a los que se agreden son a los que la vieja chota defiende. La vida de la tía Rogelia gira en contradicción... viene de un barrio siempre a punto de estallar... ¿Y dónde estabas cuándo pasó lo que pasó? ¿Hablándole al espejo sola?... La estupidez de munodo nunca pudo y nunca podrá arrebatar la sensualidad de leerla. Es muy sexy. En el fondo me calienta.

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