14/3/16

¿Endeudamiento para qué y con quién?

Una apuesta costosa
Por Delfina Rossi *

Después de la crisis de 2008, se impulsó el crecimiento mundial con tasas de interés a un nivel muy bajo, permitiendo a Estados Unidos recuperarse. Hoy, el crecimiento económico esta cuestionado por la caída del precio de las commodities y del petróleo, la apreciación del dólar y la ralentización del crecimiento de China.

De hecho, la austeridad europea parece haber llegado a los Brics. Brasil adoptó una agenda de ajuste y reducción del gasto; India y Sudáfrica empezaron un proceso de ajustes similares; Rusia ve limitados sus ingresos por la caída del precio del gas y el petróleo; China pasó de crecer un 10 por ciento a hacerlo sólo un 6 por ciento –aunque tiene elementos propios y distintos para enfrentar la crisis y pareciera ver en la liberalización financiera una opción de contrapeso. Se avecinan políticas de reformas estructurales bajo la obsesión por reducir el déficit fiscal.

El malestar económico de los Brics acarrea consecuencias: Argentina que se ve afectada por la recesión de Brasil, cuyo PIB se espera que se contraiga un 3 por ciento en 2016. La recesión en América latina está marcada por precios de las materias primas bajos, reducción de la inversión extranjera directa y una guerra de divisas, donde la devaluación se traslada a una mayor inflación sin suficiente aumento salarial. Es en este contexto, no muy favorable para las economías emergentes, que el gobierno no deja de insistir en “insertar Argentina en el mundo”. La pregunta es: ¿Qué Argentina, en qué mundo?

Las políticas de ajuste y reducción del tamaño del Estado niegan el problema real, la caída de la demanda mundial de commodities, y lo agravan al reducir la demanda interna. Las políticas de Macri amplían la recesión en nuestro país. Tal como lo hizo la eurozona, prolongando la crisis, el gobierno aplica el sinceramiento de la austeridad: tarifazo energético, aumento de los precios, limitación de paritarias, despidos, liberación del mercado de capitales extranjeros, etc. Esta suerte de austericidio, profundiza la recesión que sólo puede compensarse con mayor mercado interno y desarrollo industrial.

La devaluación de enero sumó a Argentina a una guerra de divisas mundial, donde todos devalúan para ganar más competitividad. Estas devaluaciones simultáneas terminan en un juego de suma cero para el comercio internacional (todos se quedan igual en términos relativos), pero se trasladan a la estructura de distribución del ingreso interna, generando más desigualdad entre los sectores exportadores y no exportadores.

Cambiemos propone un país netamente agroexportador, expuesto a los vaivenes financieros internacionales, en un mundo con el precio de la soja y de las commodities por los suelos. Los acuerdos de libre comercio y el endeudamiento externo buscan esta inserción.

El presidente francés y el primer ministro italiano visitaron el país para fomentar el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur. Los acuerdos de libre comercio suelen exponer a nuestra industria, a nuestras Pymes, y a veces también a nuestro campo, a condiciones desfavorables. Una cosa es que Macri le regale las camisetas de Boca a François Hollande y a Matteo Renzi, otra cosa es que Boca tenga que jugar contra el Paris Saint-Germain o contra la Juventus.

Ni siquiera queda claro que dicho acuerdo permita que los productos agrícolas entren a Europa sin barreras para-arancelarias dada la Política Agrícola Europea. Además, las acuerdos negociados entre la UE con Perú y Colombia buscan en la liberalización del financiera, y la introducción de patentes o royalties que dificultan aspectos básicos como la producción de medicamentos genéricos.

Por otro lado, los países de referencia del gobierno en la región son Perú, Colombia y Chile, países de la Alianza del Pacifico. Este acuerdo que lidera Estados Unidos para que entren empresas extranjeras en campos como la minería y la explotación sin una suficiente protección de los trabajadores. A su vez, el anunciado preacuerdo con los buitres implica que Argentina va a colocar nuevamente deuda en dólares en los mercados internacionales, insertando al país en la máquina del capitalismo financiero global.

¿Endeudamiento para qué y con quién? Adquirir deuda para mejorar nuestras infraestructuras generando trabajo argentino y manteniendo la soberanía nacional, impulsaría significativamente la demanda interna. Pero colocar deuda externa para cubrir los huecos que se crean por caída en la recaudación del estado, solo servirá para volver al camino de los 90. O seremos como Grecia, donde la deuda paga los acreedores, en un proceso de nunca acabar de endeudarse para pagar. El plan de Cambiemos de insertar a Argentina en el mundo es muy caro. Es muy costoso para nuestra industria, pero sobre todo es muy caro para quienes se insertaron en la economía nacional gracias al crecimiento y a la distribución, y que ahora quedaran nuevamente excluidos.

* Economista.


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