23/3/14

Trabajadores Desaparecidos de PAMI: Oscar Guillermo Engel

Oscar Guillermo Engel - El interventor que escapó por los techos
Desde mitad de marzo de 1976, poco antes del golpe militar, el contador Oscar Guillermo Engel se desempeñó en Nivel Central de PAMI. Poco tiempo después encabeza la intervención de la entonces
Delgación Regional La Plata, nombrado por las autoridades militares.
La sede de la calle 51, entre 4 y 5, tenía en planta alta dos oficinas, las del director y su secretaria. Engel eligió para ese cargo a Liliana Perdomo. Ella lo recuerda como un hombre callado, que hablaba mucho por teléfono y que se encerraba en su oficina con quienes habían ido con él desde Buenos Aires. Aún con ella hablaba muy poco. ‘Trabajábamos en una circunstancia de mucho temor, y no sabíamos él de qué lado estaba – dice Liliana-. Entonces, te imaginás, uno veía a uno de pelo corto y se preocupaba. Nos atrevíamos a hablar con el que estaba al lado y lo conocíamos de años’. Otra trabajadora, Gladis Cardacci, dice ‘él no era militar, pero no sabíamos de dónde venía’.
Por eso, todos se asombraron de su actitud aquel 29 de setiembre de 1976, cuando una patota militar irrumpió en PAMI y pidió ver a Engel. Al informárseles que estaba ocupado, insistieron. Mientras tanto, el interventor, nervioso, intentaba hacer unas llamadas telefónicas. Cuando estuvo claro que ellos no se iban a retirar, optó por retirarse él. Abrió la puerta de su despacho y le dijo a su secretaria ‘me voy’, entregándole un gran manojo de llaves. Jorge Carafiello, quien se desempeñaba en el archivo, lo acompañó a fugarse por los techos. Bajaron a dos casas, por donde funcionaba la Clínica Avenida. Ahí ganaron la calle.
Relata Perdomo que luego de 20 o 25 días volvió a trabajar a su despacho, ‘y un día no llegó más’.
Su familia denunció que Oscar Guillermo Engel fue secuestrado en la vía pública el 9 de diciembre de 1976 a las 7.45 de la mañana, en Ituzaingó, Provincia de Buenos Aires, donde vivía. Tenía 26 años.
Dice su ex secretaria: ‘Era muy claro. Si él escapa en esas circunstancias, estaba de nuestro lado, en definitiva. Y evidentemente tenía más información de la que teníamos nosotros’. ‘Lamentablemente, no pudimos conocerlo’, dice Cardacci.
Su legajo en la CONADEP es el número 1.584.
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