23/3/14

Trabajadores Desaparecidos de PAMI : Augusto María Conte MacDonell

Augusto María Conte MacDonell - Daba la mano con las palmas abiertas
Dice Laura Conte: ‘Augusto María daba la mano con las palmas abiertas. Tenía una mano grande, y tenía brazos muy largos y él era muy largo. Y siempre las manos le revoloteaban alrededor de la cabeza, y todo el mundo le hacía bromas con eso. Yo después conocí sólo a una persona que daba la mano así, que fue Néstor Kirchner. Néstor Kirchner tenía eso. Te daba las manos de la misma manera. Eso me quedó marcado. Y además hizo tanto por los derechos humanos. Néstor tenía el legado de los chicos, y él era muy consciente de ese legado.’

A Augusto María le decían ‘Africano’, por el pelo mota. Sus compañeros lo describen alto, de ojos verdes, ‘de una ternura excepcional en su mirada’. Era el mayor de cinco hermanos y prácticamente el centro de la vida familiar del hogar formado por su padre Augusto, abogado y afiliado al Partido Demócrata Cristiano, y su madre Laura, psicoanalista. Ella lo recuerda sociable, amiguero y casero a la vez: ‘La casa estaba llena cuando él estaba, y estaba siempre en casa. Llegó a sostener compromisos riesgosos, y sin embargo el nunca dejó de ser un casero.’ Su hermano Gonzalo dice que Augusto María ‘tenía el rol del justo, del justiciero’.
Laura extiende esas características a sus amigos, y a toda la generación de su hijo. ‘Una generación muy especial –dice. No era él sólo. Leían, tocaban la guitarra, eran chicos curiosos, mucha música, mucho arte. Eran unos comprometidos, con un cambio social. No tenían frivolidad, tenían alegría, felicidad, eran deportistas.’
Esa sensibilidad, a fines de los ‘60 y en las aulas del Colegio Nacional Buenos Aires, desembocaría en la militancia política. Formó parte del Ateneo Evita, de Amenábar y Blanco Encalada, y desarrolló trabajo territorial en la villa del Bajo Belgrano y en los superpoblados conventillos de la zona, convirtiéndose en referente del Movimiento de Inquilinos Peronistas. ‘El tenía esa cosa de ser referente’, dice su madre.
‘Se hacía cargo de las cosas y de las personas, muy espontáneamente. Tenía a su vez dirigentes importantes, como (Enrique) Grynberg o (Francisco) Urondo, que lo amaban y lo promovían.’
Augusto María influyó a toda la familia con valores nuevos. ‘Nos planteó que no quería que lo sirvieran’, recuerda Laura, no obstante tener en el hogar empleadas domésticas muy queridas. ‘Dejamos de ser burgueses, por lo menos en intención. Eso de sentir la propiedad tan fuerte. Él consideraba que la ropa era de todos, lo mismo la guitarra. Y nos turnábamos para cocinar, para lavar los platos y esas cosas. Y cuando a él le tocaba estábamos todos en la cocina, y eso era muy lindo.’
Ya en la carrera de Economía, en la UBA, donde tenía buenas notas y llegaría hasta tercer año, reconocía que no sería un intelectual. ‘No voy a estudiar de rodillas’, decía. Su compromiso era concreto y con la realidad, no con la teoría.
Es en busca de mayor independencia económica es que se incorpora a trabajar en PAMI en el área de Afiliaciones, como tantos estudiantes de esa época. Pero para Augusto María todo era hacerse cargo de las personas que encontraba. Su madre recuerda que ‘se le iba mucha plata con sus viejitos. Juntaba camisetas de friza, o les cambiaba los anteojos. Tenía muy fuerte esa idea de que los otros eran más importantes que él', dice Laura.
Al ser convocado al servicio militar, con el clima político completamente enrarecido y un golpe militar en puerta, se ve en la disyuntiva de presentarse o, como otros compañeros, marchar al exilio. Tenía como antecedente una detención policial que podía dar a las fuerzas represivas la pista de su militancia. Su madre refiere que él no quiso irse y reconoce que ‘no nos dábamos cuenta de lo que se venía. El tenía unos dólares y se los dio a un compañero, que se fue y hoy está vivo.’
Augusto María Conte MacDonell se presentó ante la Armada, en la Base Aeronaval de Punta Indio. De allí desapareció el 7 de julio de 1976, con 21 años recién cumplidos. Antes fue elegido ‘mejor compañero’ por el resto de los conscriptos de la base.
Sus padres se convirtieron en activos militantes del incipiente movimiento de derechos humanos. Junto a Emilio Fermín Mignone fundan el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Augusto redobla su militancia en la línea Humanismo y Liberación, de la Democracia Cristiana, y en 1983, con la campaña que llevó como consigna ‘los derechos humanos al Congreso’, es elegido diputado nacional. Fallece en 1991.
Laura Jordán de Conte, como otras Madres de Plaza de Mayo, abandonó su apellido paterno por referencia e identificación con su hijo. Es parte del grupo de Línea Fundadora y vicepresidenta del CELS.
El testimonio de su desaparición es CONADEP 8378.
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