5/2/13

Democratizar la justicia

Por estos días en que la compañera Presidenta insiste con este tema, es más que oportuno reflotar un reportaje que Gerardo Fernández le hiciera a Alejandro Rossi sobre el funcionamiento del poder judicial en 2010. Un groso Fratacho.
- La pregunta que uno se formula en estos días, cuando siguen todavía los ecos del fallo de la corte por el famoso artículo 161, la famosa cautelar del diario Clarín, es: Uno piensa hay tres poderes el Ejecutivo, el  Legislativo, estos dos poderes se eligen, hay elecciones cada dos años donde la ciudadanía se expresa y cambia gobiernos o los ratifica, modifica mayorías parlamentarias, composición de los bloques, pero ¿y La justicia? El Poder Judicial ¿De quién depende y a quién representa? ¿Quién lo vota?...

- Yo diría que hay un problema en la representación y hay un problema en la independencia, porque se trabaja mucho sobre presupuestos que no son los correctos. Primero creer que la independencia es una cosa que se vincula al poder político, que el único que tiene interés en torcer decisiones de los jueces son los políticos o las distintas expresiones de la representación pública.


Y el segundo error en el que se incurre es creer que estos señores que se llaman jueces son una suerte de máquina aséptica que no tiene ideología, que no tiene ética, que no tiene moral, que no tiene valores, que no tiene intereses; que no pertenecen a un sector social, y que por lo tanto esa creencia casi virginal, Cool, del juez como un ser que está más allá de las pasiones terrenales a la hora de resolver los conflictos que son puestos a su consideración.

Esta combinación de creer que el problema de la justicia es la política y sumada a la creencia popular que se transmite de que el juez es un ser casi ajeno a la condición humana, que resuelve cuestiones de bienes y de libertades en esa suerte de trono que mira todo con distancia, esa combinación, ese doble factor hace que tengamos un poder judicial que en general es bastante corporativo, con visiones bastante aristocratizantes sobre su propia función, muy permeable a las presiones de grupos de interés y de facciones, sin mecanismos de control social eficaces y posibles. Tenemos un funcionamiento que a mi entender deja mucho que desear, sin que esto signifique un juicio de valor sobre algún magistrado en particular.

- Se dice que es un contra-poder. ¿Está bien dicho eso?

- No. Mirá, alguna razón hay para que no sean electivos. Básicamente los poderes populares en una democracia son el poder que ejerce la administración del gobierno y la representación en el parlamento. El poder judicial... te diría que a mi entender no es ni siquiera apropiada la expresión "poder". Son intérpretes del conjunto de normas que tanto la administración central, en uso de las facultades que le son propias, como el Congreso, dictan para regular la vida de una comunidad o la vida de los argentinos.

Ahora como esa interpretación de normas otorga derechos a algunos y se los quita a otros, y además viene acompañado de coacción, coacción física en el caso del derecho penal porque te pueden meter preso, y coacción jurídica en el caso del derecho civil porque transfieren coactivamente la propiedad de uno a favor del otro, cuando por ejemplo ordena pagar una deuda, ese poder, esa concentración de poder no hay ningún otro ciudadano de la república que la tenga.


El poder que tiene el presidente de la república, por más que uno crea que es mucho, es un poder de naturaleza abstracta. No puede decidir determinadas cuestiones como sí puede hacerlo un juez en el caso concreto.

Entonces, hagamos una combinación más o menos ordenada sobre lo que venimos conversando: Tenemos un poder judicial bastante alejado de la representación popular, tenemos que eso conlleva una serie de defectos, una visión errónea sobre lo que un juez hace y decide,  y además tenemos ciudadanos que se llaman jueces que tiene un poder enorme, y lo estamos viendo por estos días, el esfuerzo que ha significado para la representación pública la sanción de la Ley de Medios, trabajo de la democracia de 30 años, está siendo frustrado (no me refiero al caso de la Corte) por conjueces, como en el caso de Santiago del Estero, donde un conjuez -ni suiera es titular del juzgado- ordena la suspensión de 16 artículos a través de una medida cautelar. ¡Eso es poder en serio!

- Esto es un paredón, digamos. El tema es ¿qué se hace para, dentro del marco del sistema, sin sacar los pies del plato, qué se hace? ¿Hay que mandar a nuestros hijos a estudiar derecho?

- Lo que hay que hacer es avanzar en salir de esta mirada virginal e ingenua que hay sobre el funcionamiento de la justicia y sobre lo que un juez debe hacer o o no debe hacer, y pregonar cada vez más mayores niveles de participación y mayores niveles de control sobre las actividades de cada una de estas personas realiza.

¿Por qué se ofenden tanto cuándo hay una marcha política que se hace de cara a la ciudadanía, a la luz del día, con miles de personas? ¿A qué le tienen temor? ¿Por qué creen que no deben rendir cuenta de sus hechos a las distintas expresiones de la representación pública? Porque prefieren el silencio y la oscuridad para resolver sus temas, porque en ese marco uno no sabe quiénes son los que realmente lo coaccionan y que intereses defienden.

¿Por qué debemos creer ingenuamente que todos los jueces de la república son seres supra naturales que siempre resuelven pensando en el bien común? Que nunca tiene intereses político, ideológicos, morales, económicos.

Tenemos una mirada virginal, ingenua sobre el funcionamiento del poder judicial, y no entendemos que es un lugar en que se resuelven, y donde los conflictos de intereses deben resolverse, y las coacciones que se ejercen son de todos aquellos para que se resuelvan a favor de ellos, en cualquier pleito.

- El tema es el siguiente entonces: Hay que perder ese miedo, esa visión sumisa que se tiene, así como que hay mucha gente que no mira la TV sino que acata la TV, pasa también con los jueces, con la justicia. A nivel popular, digamos, hay una visión por la cual el tipo de la calle se siente muy achicado frente a un juez. hay que romper esta mirada, y quizá lo bueno de todo este tiempo es que nos lleva a que la discusión sobre la justicia, y sobre los jueces, baje y se meta en la discusión de la mesa familiar. ¿Vos creés que con eso alcanza?

- No. A ver. Eso está en el terreno de la reflexión política. hay que cambiar una cultura de que a los jueces hay que dejarlos resolver en el silencio y la oscuridad porque se ahí va a alumbrar la equidad y la justicia. La verdad que no alumbra la equidad y la justicia. Alumbra, en muchos casos, los peores intereses enquistados en una sociedad. No es que eso no sucede.
Primero hay que salir de esa miradda virginal, y a partir de ahí van a surgir innumerables herramientas de control de la actividad judicial que son imprescindibles poner en marcha en nuestro sistema legislativo. Ahora no se ponen porque está todo vinculado a esta idea.

¿Cómo condenamos los crímenes que comete el estado de Israel sin ser antisemita? ¿Se entiende lo que quiero decir? Digamos, ¿Cómo condenamos la posición dominante del Grupo Clarín, que la hace en función de intereses económicos claros y con finalidad de lucro, importándole un pito cualquier otra cosa, sin caer en atentar contra de la libertad de prensa? ¿Cómo hacemos para tener una mirada rigurosa, no condescendiente, severa en cuanto a mecanismos de control  respecto del accionar de los jueces sin atentar contra la independencia de sus decisiones?

Los jueces tiene un poder delegado, permanecen en el tiempo, es la única actividad que se hace "de por vida", el acuerdo que se les otorga es mientras dura su... no sabemos que o cuando, porque en el caso de Fayt tiene 92 años...

Cada vez que nosotros queremos avanzar en un camino, siempre aparece una "verdad sagrada" que no podés tocar. Queremos discutir la posición dominante de Clarín, entonces estamos atentando contra la libertad de prensa; queremos discutir la organización del poder judicial, un nivel de organización, un nivel de participación popular, mecanismos mejores y resulta que atentamos contra la independencia de los jueces.

El ámbito de la decisión popular, de la de los que nos votan que es el único momento en que los ciudadanos son consultados sobre el destino del conjunto, se limita a un pequeño núcleo de asuntos porque el resto está en manos de terceros a los que no elige nadie y que nunca rinden cuentas.

- Hay una gran hegemonía política e ideológica en esta materia. Cuando vos presentaste el proyecto para evaluación de los jueces, te dieron tanto que todavía te deben quedar chichones...

- Es una muestra de lo que acabamos de charlar. En vez de decir, si el diagnóstico es correcto y las ideas son apropiadas, te tiran... bueno Argentina es un país complicado en algunos temas. Por ejemplo, las personas que han sido electas para el Consejo de la Magistratura por los distintos estamentos, son todas radicales. ¿Está mal que sean radicales? No, está perfecto. Lo que está mal es que pretendan ocultarlo.

- Imaginate que el año que viene gane Alfonsín, el Consejo de la Magistratura tendría 2/3 del oficialismo, estaríamos en problemas...

- Claro, pero ahí seguramente no se va a hablar porque expresan los poderes más acomodados de la república. No se va a hablar, no va a haber ningún problema. Como si fuera una suerte de arte de magia donde por el solo hecho de cambiar nombre, la circunstancia de poder y política se modifican.
Hay que animarse a ser más libres. Los argentinos creo que necesitan animarse a pensar libremente revelarse contra algunas verdades que no son ciertas. Esa sería la idea principal. Porque si vos me dijeras, "no, la verdad es que les aiste la razón, les asiste la técnica, les asiste la lógica...", no, no les asiste. Dicen prejuicios que los repiten en función de determinados intereses, de determinados grupos de presión que les hacen decir tal cosa.

- En términos históricos, ¿Evaluás como un avance que la justicia esté siendo puesta en discusión de esta manera?


- Todo aquello que conmueva los cimientos de lo pre-establecido como "verdad absoluta" es bueno en sí mismo, y la verdad que nuestros gobiernos han sido grandes motivadores de poner en crisis algunos conceptos que se creían inamovibles. Podrá la ley de medios nunca aplicarse, pero lo que está claro es que todos los argentinos saben hoy que Clarín defiende intereses económicos, cosa que hace tres años atrás a nadie se le ocurría. Eso es un avance. Haberlos agarrado y decirles sacate la careta, sacate el antifaz que todos sabemos quién sos. Esto es loque les molesta.

¿Cuál es el enojo de destacados colegas tuyos? Es que hasta hace tres años escribían y lo que escribían era la verdad revelada del domingo, y hoy lo que escriben es la expresión de defensa de un grupo de intereses económicos, sociales, políticos, religiosos, lo que fuesen. No estoy criticándolo. Digo, eso es anidar una república.

Por darte un ejemplo, saber que el Doctor Recondo -presidente de la Asociación de Magistrados- fue un funcionario del gobierno radical de Alfonsiín y expresa los intereses de buena parte del radicalismo en la magistratura, es sano. Por más que él quiera que eso no debe mencionarse y debe ocultarse. Saber que las plumas más destacadas de los medios gráficos más importantes de la Argentina defienden los intereses de los grupos económicos para los que trabajan, es sano, no es malo. Entonces lo que deberían hacer ellos es tener la humildad de no involucrar tanta palabra santa a la hora de defender intereses económicos.

Creo que lo que va a alumbrar siempre va a ser mejor, esta es la sensación que tengo.

Ir al blog Tirando al Medio para obtener el audio de donde yo saqué esto.

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