13/1/13

I like Facebook. I love Facebook

Cierta vez un periodista amigo, luego de algunas recomendaciones sobre con quien meterme o no del mundillo periodístico santafesino, me preguntó ¿Y cuál es tu límite? Sin dudar respondí: Los pibes. Los hijos no tienen nada que ver con lo que hacen los padres. La charla era sobre mi anterior blog al que mi amigo veía muy duro contra algunos periodistas. En el fondo estaba preocupado por mi.

Adelanto que lo que sigue es el relato de un puterío. Quien espere algún comentario político no lo va a encontrar en este post, así que ya le recomiendo que vaya yendo para otro lado si es lo que vino a buscar. Esto es personal.

Ayer involucraron a mi hija en una cosa que todavía no se muy bien como definir. Fue muy desagradable. 

Charlando con una amiga (a la que llamaremos A) me comenta que una periodista (a la que llamaremos B) había recibido una solicitud de amistad en facebook de parte de mi hija mayor. Pensé que se trataba de un error porque lo que menos quiere mi hija es tener mis amigos, pero igual la llamé para preguntarle.
- Hija, ¿vos le mandase una solicitud de amistad a B?
- No se quien es. Esperá que me fijo en el registro de actividades y te digo... No, no le mandé.
- ¿Segura?
- Segura.
- Listo. Chau.

No iba a molestar a A para explicarle esto porque fue un tema menor en el medio de una charla. Decidí entonces llamar por teléfono directamente a B para ver de que se trataba este asunto y me dijo que efectivamente había recibido esa solicitud. Eran las 16.15 y le pedí una captura de pantalla a lo que me respondió que si, mientras yo dudaba a esta altura de los dichos de mi hija (Fea mi actitud).

A las 18.00 recibí por mail esta captura a la que le escondo todos los nombres que aparecen y dejo sólo el apellido de mi hija, que se corresponde justamente con el mío. (Clic para agrandar, recomiendo)
Era ella. La de la foto del perfil es ella. Y en el la captura de la cuenta de B estaba la solicitud de amistad. Casi dos horas después me entero que mi hija le había mandado la solicitud de amistad a B. 

Me comunico con B -esta vez por chat de FB- para agradecerle y le pido que rechace la solicitud de amistad, cosa que me dice que hizo. 

Sin embargo algo no estaba claro así que me puse a buscar "Delfino" con el nombre de mi hija en face y aparecieron unas cuantas. Repetí la operación desde mi otra cuenta (la del Payaso Barricada) ¿y a que no sabés qué? Me aparece una cuenta igual a la de mi hija y con la misma foto de perfil.

A todo esto mi hija ya había vuelto de la playa y juntos nos pusimos a ver si desculábamos esto. Ni desde su face ni desde el mío se podía ver la cuenta trucha. La conclusión fue que estábamos bloqueados. No así la cuenta del Payaso, ni la de mi otra hija como tampoco la de los amigos a los que consulté. Todos podían verla menos nosotros dos. Bloqueo confirmadísimo.

La información de la cuenta era muy pobre y no registraba actividad alguna. Lo único que tenía era una foto de perfil: la misma que la de mi hija.

Lo que sigue es una captura mía de esa cuenta tomada a las 19.00 más o menos.

Curiosamente la cuenta había sido creada hace dos horas, informaba facebook. Un rato después coloqué el mouse sobre donde en la imagen anterior dice "Hace dos horas", y me arrojó esta otra información (Nótese lo implacable del paso del tiempo. Ahora decía "Hace 3 horas")
La cuenta había sido creada ese mismo día a las 17.42. Capturé y nos quedamos mirando en silencio con mi hija totalmente desorientados.

- Fijate si B está conectada, dijo rápidamente.
- Si, ahí está.
- Preguntale cuánto hace que recibió la solicitud de amistad.
Dudé un instante y pregunté. La respuesta fue "hace unos 5 días a trás maso" (sic). Nos miramos con sopresa mi hija y yo.
- Caso resuelto, dijo la Delfino.
- Caso resuelto, asentí. ¿Te llevo a tu casa?
- Si, vamos.

Llevé a su casa a mi hija y volví. Ya era tarde, cerca de las 11 de la noche y B empezó a conversar otra vez conmigo en el chat de facebook diciendo que yo la había metido en el medio de mis problemas y enseguida cambiaba al plural "no me jodan. no me metan en sus problemas" (sic). Intenté explicarle que yo no la había metido en ningún problema y que en todo caso ella sola lo había hecho, pero no entendía.

Terminé diciéndole que sobre mi podía decir cualquier cosa, lo que se le ocurra. Pero que no podía meterse con mi hija. Juró y recontra juró por su sobrino que ella no tenía nada que ver hasta que le mandé la captura con la hora en la que fue creada la cuenta. 

B siguió intentando explicar que no tenía nada que ver con el episodio y amenazó con decirle a alguien "que era una boluda que la había metido en un kilombo al pedo" (sic). Le expliqué que a esa nueva persona (a la que llamaremos C) yo nunca la había nombrado y que no me correspondía saber sobre charlas ajenas, en este caso.

Mientras yo le estaba dedicando algunos insultos a B, harto ya de tanta mentira y charlatanería, la página trucha en facebook de mi hija se esfumó. Desapareció. Se fue. No tá má'. La borraron. Gran oportuna curiosidad.

"Ay, corazón que te llevaste mi alma y nunca más la devolviste...", estará, tal vez, comentando B en facebook por estas horas en referencia a no se sabe quien -pero que ya estoy ansioso por conocer- para finalizar con su clásico e insufrible "aaajajajajajaaaa" cada comentario.

Cuiden a sus hijos. 
Facebook está lleno de boludos y pelotudas.

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