30/11/12

Se fue la Ministra. Que se vayan sus políticas

Este texto fue escrito antes de conocerse la renuncia de Letizia Mengarelli.

Para el FAP los docentes somos tropa sin derecho a opinar
(o cómo maltratar a un docente por publicar un artículo en un diario)

 Por Fernando J. Pisani

Desde que asumió la gobernación santafesina, el Frente Amplio Progresista (resumido aquí como socialismo santafesino o de Binner), trató por todos los medios de mantener la política educativa neoliberal que dio origen a la Ley Federal de Educación (LFE), que entre otras cosas atacó a las Escuelas Técnica y eliminó sus títulos técnicos, bajó la presencia real de materias como Historia, Naturales y eliminó en las escuelas medias las carreras de Perito Mercantil, Comercial y una gran variada oferta de bachilleratos especializados.

A pesar de que logramos eliminar la LFE en el 2006, que desde el 2005 tenemos la Ley nacional de Educación Técnico Profesional que repone las escuelas técnicas y los títulos técnicos, y da recursos ($$)  para equipamiento, capacitación y todo lo que se necesite, NADA se hizo bajo Binner, que mantuvo los planes de estudio de la LFE con todo lo destructivo que significó para la educación de aquí y de todo el país la política educativa de los noventa. Recordemos que la LFE fue aprobada por unanimidad por el menemismo, los radicales y los socialistas. Y mientras que el peronismo bajo Kirchner y algunos sectores socialistas disidentes se rectifican y votan a favor de la ley que reclamábamos las Escuelas Técnicas, los radicales y socialistas votan en contra.
Perdieron esa votación, pero como son tan republicanos, democráticos y progresistas, se negaron de hecho a realizar los profundos cambios necesarios. En vez de aplicar las nuevas leyes educativas, siguen manteniendo lo mismo.

Luego el socialismo gana de nuevo la provincia y en vez de Binner está Bonfatti, que se ve obligado por acuerdos con las demás provincias y Nación a implementar las leyes, pero lo hace manteniendo la misma política que tanto daño ha hecho al sistema educativo y en particular a las Escuelas Técnicas

Es así que el 12 de noviembre sale en el diario La Capital un articulo mío, donde frente a la problemática de la validez nacional de los títulos, afirmo que aquellos títulos que eliminó la LFE y que eran importantísimos no sólo para las escuelas que los tenían, sino básicamente para nuestros alumnos y para un modelo de provincia y país más justo, que se sustente por sí mismo integrando y no marginando, no sólo no tienen validez nacional sino que ni siquiera tienen validez provincial.

Es decir, Santa Fe, por decisión primero de Adriana Cantero bajo Obeid (primera gestión luego de la ley de ETP, 2 años),  de Binner / Elida Racino (4 años) y ahora de Bonfatti / Letizia Mengarelli (para 2 años) SIGUE CENSURANDO, IMPIDIENDO, PROHIBIENDO que en Santa Fe estén los títulos Técnico Mecánico, Técnico Electricista, Técnico Electromecánico, Técnico en Aire Acondicionado y Refrigeración, entre otros, pues son muchos más. E incluso, amplío ahora, se niegan a implementar títulos nuevos que muchos pensamos que tienen futuro y que están reconocidos por Nación, como Técnico en Mecanizado Agropecuario.

También cuestiono en ese artículo que, siguiendo a la concepción neoliberal de la educación, se baje la carga horaria de los talleres y que los alumnos vean recortadas más de 200 hs de la carga horaria que antes tenían los talleres, lugar donde no sólo aprenden la práctica, sino que realizan la síntesis de la teoría y de la práctica.

Sobre los títulos que hoy tienen las escuelas, que sí tienen validez nacional, digo:
“¿Entonces, qué títulos otorgan las escuelas hoy?: los títulos técnicos que nos concedieron a las escuelas bajo la LFE, con los planes de estudio de la LFE y con la aprobación provincial y validez nacional que se consiguieron bajo la gestión de Carola Nin (2004-2005) y que hoy han sido reconvertidos con nuevos trámites pero sin cambiar la base de la LFE. Con planes de estudio que las escuelas deben hacer malabarismo para formar un buen técnico a pesar de ellos.”

Cuestiono que no hay una participación real de las escuelas y aclaro:

“Cuando docentes y directivos de escuelas técnicas piden participar en la elaboración de los planes de estudio, no es meramente un capricho o una exigencia personal de ser tenido en cuenta en función de un discurso democrático. No. Es en primer lugar y por sobre todo un ejercicio de responsabilidad.
“Esos directivos y docentes saben que en definitiva quien da la cara es la propia escuela. Que los que están en el gobierno de turno pasan y las escuelas y docentes quedan. Que son los estudiantes quienes pagan las consecuencias de decisiones que en un primer momento parecen sin mayor trascendencia (...).
“Los talleres son la columna vertebral de la escuela técnica. Su jerarquización o su desjerarquización implica con claridad qué tipo de escuela técnica se quiere, qué tipo de técnico quiere la provincia de Santa Fe que promuevan dichas escuelas. Si será un título buscado, reconocido o si será un título de segunda o incluso despreciado por las empresas, como lo hacen hoy con el Polimodal.
“Las escuelas comprometidas con su identidad y su historia, sus directivos, sus docentes, saben lo que es necesario para formar un buen técnico, una buena técnica. Sería bueno que se las escuchara y aceptaran sus sugerencia”

Pero el socialismo debe pensar que las escuelas somos su cuartel y nosotros sus soldados rasos.


Al poco rato de conocido ese artículo, una escuela donde trabajo recibe un llamado del Ministerio para que me ordenen que debo ir allí el viernes: sin aclarar motivo ni con quién debo verme. Cuando me entero de la cita hablo para decir que no puedo ir ese viernes porque tengo examen.

El lunes aparece en la escuela el Supervisor con una carta al Director de la misma, ordenándole que tome las medidas oportunas porque  “el profesor Fernando Pisani del establecimiento a su cargo debe presentarse el día 21 del corriente a las 9 hs en la Delegación de la Región VI del Ministerio de Educación”

En ningún momento me aclaran para qué es la citación ni con quién debía verme.

Cuando concurro me llevan a una oficina donde está la Directora Provincial de Asuntos Legales y Técnicos (María Verónica Gañan), -una abogada-; la “Coordinadora Pedagógica” de la región de Rosario (Susana Copertari) y alguien que llevaría el registro de todo lo que allí se diría.

Toma la palabra la abogada y luego de presentarse ella y su compañera política,  lo primero que me dice es: “Usted está aquí por el artículo que sacó en el diario La Capital. ¿Rectifica o ratifica sus dichos allí?”
Le responde que por supuesto todo lo que dice allí es lo que pienso y lo ratifico.

Esto da lugar a que la abogada realice una andanada de críticas y prohibiciones. Que lo que yo afirmaba era falso, que confundía a padres y alumnos, que era peligroso, que destruía la confianza de las escuelas, que dañaba a las escuelas, que no tenía derecho a hablar de esos temas y menos aún en un momento de incertidumbre sobre la validez de los títulos y las críticas que se estaban haciendo a la reforma curricular, que era un ignorante, un irresponsable, que como funcionario público (¿?) no puedo hablar de esos temas, etc, etc (dicho sea al pasar, allí me enteré que los docentes somos funcionarios públicos ¿?)

Y si allí mismo no tomaron contra mi alguna medida ejemplificadora no es simplemente porque le dije que las ignorantes eran ellas, las que dañaban a las escuelas eran ellas desde la LFE en adelante, y que las que realizaban afirmaciones falsas eran ellas, sino que ni siquiera sabían leer porque no habían leído bien mi artículo.

No pudieron tomar -al menos por ahora- una medida más drástica conmigo más allá de ese apriete y la amenaza futura, no porque dije esas cosas sino porque se las demostré, y aunque no lo reconocieron abiertamente, se dieron cuenta que estaban en terreno resbaloso y no podían sostener sus principales acusaciones, lo que quedó en evidencia en la redacción que hicieron del Acta, donde se cuidaron muy bien de NO PONER todas sus afirmaciones iniciales contra mí, sus  prohibiciones (y mis respuestas) y se contentaron con “marcarme” que debo cuidarme de lo que escribo y que estaban muy preocupadas de que yo no asumo mi responsabilidad como docente, llevando inquietud a los alumnos (obvio, los alumnos compraron el diario antes de entrar en la escuela y leyeron mi articulo y se inquietaron y rápidamente se comunicaron con el Ministerio para avisarles que estaban inquietos con mis opiniones, que el Ministerio hiciera algo. Y como el Ministerio siempre escucha a los alumnos, tomó cartas en el asunto para defenderlos...)

Agradezco todas las muestras de afecto y solidaridad, entre las cuales están estas dos caricaturas que incluyo en esta nota, para ponerle algo de humor a un tema que al menos para mi no lo tiene.

Entre los llamados solidarizándose que recibí, los hubo de quienes saben cuestiones legales y me ofrecieron su ayuda. Me dijeron que yo podría haberme negado a concurrir por no estar especificado el motivo y con quién. También que podría haberme negado a declarar nada. Y por último que no escriba mucho así no pueden agarrarse de nada.

Pero ocurre que lamentablemente yo soy yo.

Creo que deben terminar estas actitudes patoteriles, apretadoras, de la soberbia del que alcanza un puesto de poder para el que ni siquiera fue votados y sí puesto a dedo.

Porque también me enteré en estos pocos días por mensajes recibidos o leídos en redes sociales que son muchos los que reciben presiones y amenazas veladas o no tan veladas por parte de la gestión “socialista”, incluso directivos. Y que las sufrieron sin que trasciendan. Parece que esta gente está cebada.

También me dijeron que no importa si en lo que yo digo tengo razón o no: ellos no pueden coartar mi libertad ni pueden hacer lo que hicieron. Lo admito, es una aberración, una práctica inquisidora, común al cuartel, a una iglesia intolerante o al patrón de estancia que no admite al peón como su igual aunque le exige ir a sus piquetes. Pero ocurre que ADEMÁS, lo que yo digo es así, yo tengo razón y no ellos, que lo que pretenden es negarlo u ocultarlo.

Algún compañero me dijo que le parecía que ellos para  tomar medidas disciplinadoras se basan en una ley o decreto que se hizo bajo una dictadura militar y que aún está vigente  en Santa Fe. Si es así, peor para ellos.

El socialismo tiene una larga historia de haberse beneficiado de épocas infames, de épocas de proscripciones, de haber dado apoyo y legitimado a Golpes de Estado como la revolución fusiladora del 55. Recuerdo que cuando luchábamos contra Onganía el Intendente puesto por él era del Partido Socialista Democrático. Pero siempre supuse que habían cambiado.
Pero parece que en eso sí me equivoqué: no sería extraño que para tomar represalias contra voces opuestas a las suyas se amparen en normativas que hoy no deberían existir.

Y termino repitiendo algo que dije en otro escrito: algunos medios me preguntaron cómo seguiría eso, si habría sumario, sanción, etc, a lo que les dije que no lo sabía pues jamás se saben de esas cosas hasta que está muy avanzado todo. Pero que tampoco me preocupaba ni me sentía perseguido.

Además, al haber tomado estado público deberían meditar bien en su balanza costos y beneficios. Si bien en lo personal/laboral podrían hacerme algún daño, sería  un daño individual y el daño peor lo vienen haciendo con nuestros alumnos desde 1993 a la fecha.

Además yo no soy una pobre víctima ni me asumo como víctima: soy conciente de lo que hago y de los riesgos de lo que hago. A veces se gana, a veces se pierde, pero hay algo que nunca perderé ni podrán arrebatarme con ninguna medida disciplinaria y que es la dignidad.


Las imágenes que ilustran el post le llegaron a Fernando como muestras de afecto de sus compañeros.

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