4/9/12

La educación de mi hija Vs. la escuela

Mi hija menor me ha manifestado sus ganas de votar. Tiene 15. 
Se me ocurrió preguntarle por qué, y siguió este diálogo.
- Una vez nos contaste que todo lo que nos pasaba de bueno o de malo, siempre tenía que ver con la política...
- Todo no; no lo habré dicho así...
- ¡Callate que me pierdo!. Entonces, como hay cosas que a mi me gustan y quiero que sigan, tengo ganas de votar por Cristina.
- Bueno, pero Cristina no puede ser más candidata porque ya fue dos veces.
- Entonces quiero votar al que haga lo mismo.


Lo que se dice un futuro voto cautivo la creatura. 

Traté de explicarle que había un proyecto en ese sentido de Aníbal Fernández para que el voto fuese optativo y otra vez no me dejó terminar. "Ya se. ¿Por qué te creés que estamos hablando de esto?"

Respiré profundamente como me enseñara nuestro Sidharta Kiwi, y traté de retomar la charla con una sugerencia: "Vos sabés que yo estoy a favor de esto. Charlalo con tus compañeros de escuela. Seguro que hay quienes piensan como vos y otros que están en contra. También podrías hacerlos hablar a los profesores porque es un lindo tema para no dar clases, por ejemplo". Contra todos los pronósticos, me hizo caso.

La respuesta de la profesora de matemáticas fue que ella consideraba que eran muy chicos para votar, y que le parecía que no estaban preparados. 

La de Educación Física, Silvia Anoso, fue un poco más allá: "La presidenta está loca. Ya no sabe que hacer hacer para conseguir votos"

Practicando básquet, en otra oportunidad, la misma profesora paró el partido para un reto: "Hay algunas que no están jugando y esperan todo de las demás. ¡Así está el país! Hay gente que no trabaja total la presidenta da planes y zapatillas"
Mi hija se levantó y le dijo: "Profesora, me parece que usted nos debería tratar con más respeto porque a lo mejor hay alguno de los padres de nosotros que cobra la asignación..."
Esa vez la que no pudo terminar fue ella: "¡Vos callate. No te metás!", sentenció la docente Silvia Anoso.

Una vez más los docentes de las escuelas, al igual que los curas de las iglesias, quedan muy atrás, no ya del futuro, sino del del presente con esta resistencia a los cambios.


PS: Ya se que no todos los docentes son iguales. Estos son algunos que los que le tocaron a mi hija en la Escuela 443 de Santo Tomé.

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