A diferencia de Alaníz, Maronna es un oficialista (del macrismo) un poco culposo. Alaníz ya no siente culpa tal vez porque todos lo sabemos inimputable. Vayamos por la última columna del periodista "M" rosarino:
Lo mejor de 2017 fue el 22 de octubre, piensa Mauricio Macri. Lo mejor de 2017 es que se termina, siente la oposición. Lo que viene debería ser mejor, para todos, fundamentalmente para el ciudadano común. Común... común... Esa es una de las características de todas la columnas de nuestro nuevo cliente: Escribe tratando de representar el famoso "sentido común". Pero ya de entrada deja claro que M*cri piensa y la oposición siente. Termina el párrafo y deja estallar una primera frase hecha dedicada al ciudadano común.
Debería decirse que todo lo que se pronosticó desde la teoría tuvo correlato en la práctica política. Cambiemos se consolidó como coalición gobernante pese a los magros resultados de la economía, en una especie de bisagra difícil de rastrear comparativamente en el tiempo. Para ser más claro este párrafo tendría que comenzar así: Debería decirse que todo lo que SE OPERÓ desde el periodismo tuvo su correlato en la práctica política...
El gobierno, al fin Mauricio Macri, es como es y no dibuja una realidad paralela. No, claro. Para eso están los amigos periodistas que lo hacen mucho mejor... No oculta su condición ideológica de centroderecha y, por ende, no siente culpa por su gestualidad. Mjm... Ves lo que te digo? Este gobierno de centro no tiene nada; es sólo derecha. Los que parecen correr con cancha inclinada son los que les piden a este gobierno algo que no es. Ni el radicalismo logra imponer adentro de Cambiemos alguna pátina progresista. Acá da ternura Maronna hablando del progresismo radical... Saben los radicales que su destino como partido, repleto de lonjazos tras los fracasos de sus gobiernos anteriores, es decir "Sí, Mauricio". No les queda otra. Así funciona la derecha desde arriba hacia abajo.
Es bueno detenerse brevemente en la UCR. Si Macri fracasa como presidente, el radicalismo habrá fracasado como aliado y no podrá plantear una táctica de salvación. Si a Macri le va bien, el actual presidente será reelecto y no le dejará a los que antes llevaban boina blanca ni la candidatura a la vicepresidencia. Como escribió Luis Alberto Spinetta en formato canción: "No estoy atado a ningún sueño ya". La UCR es un fracaso incluso como aliado menor, nos aclara el autor citando al pedo a Spinetta, o sólo para hacerse el pistola.
Pero, el 2017 no dejó su mayor influencia negativa en los radicales, sino en el peronismo. Apunte para el lector: el peronismo se parece cada vez más al radicalismo. Ay... me parece que la vas a pifiar con lo que sigue. Yo que vos cambio de tema porque no es un tema que domines mucho...
Quebrado, sin vocación de poder, sin liderazgo, con cada vez menos votos. Así termina 2017 el peronismo clásico, el que movía el amperímetro. Funcional a Macri, de principio a fin, el PJ es cada vez más a una confederación de partidos provinciales de distritos chicos, sin influencia nacional. Ok. Arancó por algo que llama "Peronismo clásico". Veamos como sigue.
Es bueno detenerse brevemente en la UCR. Si Macri fracasa como presidente, el radicalismo habrá fracasado como aliado y no podrá plantear una táctica de salvación. Si a Macri le va bien, el actual presidente será reelecto y no le dejará a los que antes llevaban boina blanca ni la candidatura a la vicepresidencia. Como escribió Luis Alberto Spinetta en formato canción: "No estoy atado a ningún sueño ya". La UCR es un fracaso incluso como aliado menor, nos aclara el autor citando al pedo a Spinetta, o sólo para hacerse el pistola.
Pero, el 2017 no dejó su mayor influencia negativa en los radicales, sino en el peronismo. Apunte para el lector: el peronismo se parece cada vez más al radicalismo. Ay... me parece que la vas a pifiar con lo que sigue. Yo que vos cambio de tema porque no es un tema que domines mucho...
Quebrado, sin vocación de poder, sin liderazgo, con cada vez menos votos. Así termina 2017 el peronismo clásico, el que movía el amperímetro. Funcional a Macri, de principio a fin, el PJ es cada vez más a una confederación de partidos provinciales de distritos chicos, sin influencia nacional. Ok. Arancó por algo que llama "Peronismo clásico". Veamos como sigue.
Qué curiosa es la política argentina: Juan Manuel Urtubey (líder del peronismo romántico, que sólo se referencia en Salta) lanza al aire su pretendida vocación presidencial cuando fue derrotado en su territorio por el macrismo. Al peronismo, con Urtubey, sólo le tocaría perder una elección nacional. El menú que propone el marido de Isabel Macedo es muy parecido al de Macri. Y la gente compra el original. Uy... la concha de la lora... ¡Inventó el "Peronismo Romántico"!
El macrismo logró ganar en las cinco principales provincias y, por ende, puso a parir al cordobecismo, ese artefacto que parece no tener ni siquiera respuestas ante el ex referí Coneja Baldassi. En Santa Fe, a Cambiemos no le costó un céntimo ganar las elecciones y coronó con todos los laureles el teorema de Marcos Peña: ganamos con cualquiera, aunque no lo conozca casi nadie. Albor Cantard sólo tenía un 4 por ciento de conocimiento en Rosario. Y fue el triunfador. Es un alivio que el peronismo de Santa Fe no entre ni en el Clásico ni en el Romántico (porque veníamos hablando de Peronismo, no? O cambiamos de tema y yo no me di cuenta?) Siguiendo la lógica que plantea el autor los de Schiaretti-De La Sota es muy parecido a lo de Urtubey. Para mi hay un pifie ahí.
Ahí estuvo el mayor éxito amarillo. En imponer la marca por sobre los nombres y apellidos. No hay indicios de que esto pueda cambiar hacia 2019, salvo un hecho impensado que altere la ruta de la política. "La grieta", ese formidable negocio político de Macri y Cristina, llegó para quedarse. Se observa por estas horas en el Senado de la Nación, donde la ex presidenta es la única voz 100 por ciento confrontativa con el gobierno nacional. Pichetto lo hizo. Bueno, se fue al carajo. Definitivamente me equivoqué. No venía hablando de peronismo o tiene una visión muy limitada. Tratemos de retomar. Puede que el peronismo parezca una confederación de partidos provinciales; ponele. De lo que no hay dudas es que Cambiemos ES una confederación de antiperonistas de las provincias. Por otra parte "La Grieta" es una gran pelotudez que funciona como negocio periodístico que ante la falta de argumentos permite explicar cualquier cosa. Chacaron dos autos: La Grieta; Pelea entre barras: la Grieta; Una femicidio: La Grieta. Lanatta lo hizo y todos lo siguen.
Si el gobierno nacional repunta en lo económico, no habrá mucho que inferir para las elecciones de 2019. Hay un sector importante de la sociedad que está dispuesto a bancar los errores y las boutades del macrismo, que deja hacer y deja pasar algunas leyes impopulares. "Al votante nuestro no le importa si (Nicolás) Dujovne tiene la plata afuera y veranea en Punta del Este. Lo que quiere es que haya kirchneristas presos. Y los hay. La economía va a mejorar", dijo, así de tajante, un diputado nacional del PRO, mientras diciembre daba las hurras en la Cámara baja. Boutade, negros de mierda, significa "intervención pretendidamente ingeniosa, destinada por lo común a impresionar" (Link) Ejemplo práctico: Las columnas de Maronna son una boutade. Pero es verdad lo de la plata del ministro afuera o dónde veranea. Lo curioso es que tampoco le importe a nuestros periodistas independientes como si les importaba durante el gobierno anterior. Pero durante el gobierno anterior a los periodistas independientes también les molestaban las medidas populares #DigamosTodo.
Este gobierno hace un culto del método de prueba y error. Desde que que asumió se columpió entre el hacer y el deshacer. Si pasa, pasa. En este sentido, la rectificación oficial de las metas inflacionarias es un déja vú respecto de los "brotes verdes", la "lluvia de inversiones" y anzuelos verbales por el estilo. Ninguna de esas instancias se dio, pero, igualmente, Cambiemos ganó las elecciones. La única verdad, lector, sigue siendo la realidad. Si media cosa de estas pasaba en el gobierno de Cristina era un escándalo, y nuestros periodistas independientes -almas puras y cristalinas si las hay- hubiesen convocado a marchas y cortes de rutas todos los días desde sus espacios.
Este gobierno hace un culto del método de prueba y error. Desde que que asumió se columpió entre el hacer y el deshacer. Si pasa, pasa. En este sentido, la rectificación oficial de las metas inflacionarias es un déja vú respecto de los "brotes verdes", la "lluvia de inversiones" y anzuelos verbales por el estilo. Ninguna de esas instancias se dio, pero, igualmente, Cambiemos ganó las elecciones. La única verdad, lector, sigue siendo la realidad. Si media cosa de estas pasaba en el gobierno de Cristina era un escándalo, y nuestros periodistas independientes -almas puras y cristalinas si las hay- hubiesen convocado a marchas y cortes de rutas todos los días desde sus espacios.
Sin embargo, el Ejecutivo no debe dormirse en los laureles ni creer que la tolerancia es un bien adquirido para siempre. En algún momento, el macrismo empezará a pagar costos por el precio de las cosas y por el mantenimiento de los porcentajes de pobreza. Lo debería saber el presidente de la Nación, quien dijo que quiere ser juzgado al final de su mandato por los números de la pobreza. "Si el presidente pide eso, quién es uno para contrariarlo?", habría suprimido el editor del diario lo que habría provocado el enojo del columnista M.
El 2018 no habrá elecciones y, habitualmente, eso no significó nunca un horizonte de bienestar para la población. Para el bolsillo de la gente siempre es mejor un año electoral, por más malo que sea. Por lo pronto, uno de los objetivos oficiales es hacer ley su proyecto de reforma laboral. ¿Yo leo mal o está diciendo que no está bien que haya elecciones? Un recordatorio: También se llamaba Reforma Previsional lo que hoy los mismos periodistas independientes que forman opinión ahora se despegan llamando ajuste previsional, así que ojo con lo de Reforma Laboral, por si alguien se acuerda después.
De acuerdo a lo difícil que resultó aprobar el ajuste (pero la puta madre no te digo yo!) previsional —con su retahíla de violencia en las calles, y también con el regreso de los cacerolazos— cualquier ciudadano informado hubiera pensado que pasaría a dormir el sueño de los justos. Parece que no es así. El gobierno quiere tratarla en extraordinarias. La reforma laboral es un proyecto que pega de lleno en los sindicatos, al fin en el peronismo. ¿Se atreverá Macri? ¿Se atreverán los diputados peronistas amables a aprobarla? En política, las respuestas no siempre están escritas de antemano. Sí, claro que le pega a los sindicatos, pero ese es el argumento que usa el gobierno para deslegitimar cualquier reclamo. También, como corresponde, es utilizado AL PASAR por quienes tratan de emprolijar al gobierno. Pero por más que quieran emproliar la hijaputez, lo que se llama reforma laboral le da una patada en el pecho a los trabajadores.
Se termina 2017, el que ganó Cambiemos. Nadie podría asegurar, responsablemente, cómo será 2018, sin urnas a la vista. ¿O sea que todo se trataba de números de elecciones y yo leyendo como un boludo a ver si decía algo interesante este tipo? Ni Macaya Márquez se ganaba la guita tan fácil. En fin, esperemos que la próxima diga algo interesante o que informe.
Desde acá: https://www.lacapital.com.ar/opinion/un-ano-pedir-cambiemos-n1532744.html
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