LA DENUNCIA EN EL DIARIO “LA NACIÓN” ES UN CUENTO DE NUNCA ACABAR
Usualmente se dice que dedicarte a la actividad política es “tirar la honra a los perros”. Pero las bajezas que vengo soportando en estos días exceden ciertos parámetros lógicos, porque en este oficio estamos acostumbrados a la existencia de personajes inescrupulosos, nefastos y rastreros.Hoy me quiero ocupar de la falsa denuncia del Subdirector de AFIP Contador Jaime Mecicovsky y por ende de las injurias y calumnias vertidas en su declaración ante el Juez Casanello.
Falsa denuncia porque es falso de toda falsedad una supuesta injerencia de mi parte en la AFIP para favorecer a Lázaro Báez por una razón sencilla: el período de gestión de Mecicovsky con el expediente del caso Badial SA se extiende desde 16 de junio de 2005 hasta el 17/03/2008. En ese lapso me desempeñé como Senador de la Nación y Gobernador de la Provincia del Chaco. No fui Jefe de Gabinete de Ministros de la Nación. Tanto en el titular de un diario como en comentarios periodísticos posteriores hicieron referencia a mi condición de Jefe de Gabinete de Ministros pretendiéndome involucrarme falsamente.
El Contador Mecicovsky como responsable de la Subdirección de Interior de la AFIP inició una inspección el 16 de junio de 2005 para la realización de ajustes en la liquidación de IVA y Ganancias con 256 días de inspección. Promueve la determinación de oficio por resolución 112/07 por la liquidación del impuesto a las ganancias en un plazo de 231 días, finalizando el mismo, el 14/07/2007 y anula la determinación de oficio por resolución 27/2008 ocho meses después, es decir, el 17/03/2008 al menos puso en riesgo el crédito fiscal atento que el caso el caso estaba al borde de la prescripción. Este señor debe ser investigado por un juez para deslindar su responsabilidad en los hechos.
Pero no soy ingenuo. Este señor no actúa sólo, lo hace por indicación de interpósitas personas para provocar daño político, para acallar voces. Son sicarios mediáticos, judiciales que pretenden destruir la oposición política, acallar voces opositoras para destruir en esencia la democracia.
La fábula, la mentira, la extorsión tiene un límite. Este señor debe saber que cuando se hacen imputaciones falsas, cuando se afecta el buen nombre y el honor de las personas debe haber una reparación legal que es insuficiente, pues la familia y el prestigio que son los bienes más preciados de un dirigente político no pueden verse dañado por un irresponsable de turno.
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