3/4/16
El ajuste inexorable. (Arrancan los Premios "Luis Majul")
Tal vez no les llegó la noticia pero el gobierno nacional instauró los "Premios Luis Majul" que se entregará a quien mejor servicio periodístico le preste desde cualquier medio. Por supuesto que hay diferentes categorías cuyos ganadores se conocerán a final de cada año, aunque posiblemente -está en estudio- se haga una enrtrega mensual al más aplicado.
Pica en punta el crédito local Rogelio Alaníz que viene a explicarnos las verdaderas motivaciones de un buen ajuste como también la necesidad del mismo.
Con esta columna va a ser difícil competir y posiblemente gane la categoría "Mejor Lame Ojete Presidencial". Leamos:
Entiendo las razones por las que un gobierno decide aplicar un tarifazo. (¿Si? A ver, contame) Hay ciertas leyes económicas que, como las de la gravedad, son inexorables. (Ajám... Mirá vos! El ajuste es inexorable. ¡Bien!) A ningún gobierno le gusta recurrir a estas medidas que inevitablemente golpean el bolsillo (Yo no los veo llorando por los rincones en nombre nuestro; es más los veo gozando cada tarifazo) de las clases medias y las clases populares en general, pero se sabe que en economía los ajustes son tan necesarios como la expansión, la cara y ceca de la misma moneda. Dicho con otras palabras, los ajustes son desagradables, entre otras cosas porque son inevitables. Si un país gasta más de lo que produce, si sus deudas son superiores a sus ingresos, en algún momento el ajuste se impone. (Te pongo un ejemplo como para que veas que no es así. En 2003 el país sí que estaba un desastre. Vino uno y no ajustó, no despidió, ni nada de lo que está haciendo M*cri.)
El ajuste tarifario ya está. (Irrefutable.) No le reprocho al gobierno hacer aquello que cualquiera de los candidatos que ganara las elecciones hubiera hecho con más o menos entusiasmo. (Incomprobable) Es verdad, la economía impone su lógica, pero importa advertir que a esa lógica la modera la política. Un gobierno que merezca ese nombre se hace cargo de las decisiones más duras que toma; y se hace cargo aguantando las protestas, pero en primer lugar explicando a la sociedad los motivos de esa decisión. A la capacidad de un gobierno para comunicarse con la gente se la llama liderazgo, liderazgo político, una virtud que todo presidente debe disponer si quiere estar a la altura de sus responsabilidades. (Acá ya se metió en problemas. En el primer párrafo habla de cosas que son inexorables, casi como que hay un dios o fuerzas de la naturaleza a las cuales nadie puede oponerse. En este párrafo viene a decirnos que la política es la que domina la economía. Algo no estoy entendiendo.)
...
Admitamos entonces que el tarifazo era necesario e incluso inevitable, pero la condición política exige que se le expliquen a la sociedad las razones. (¿Cómo querés que te admita si no explicás lo inevitable ni lo necesario?) Para el común de la gente, un tarifazo significa un manotazo del Estado a su bolsillo. Y todos coincidiremos en admitir que a nadie le gusta que le metan la mano en el bolsillo. (Entiendo. En 2008 con la 125 los dueños de El Litoral decían que el estado les estaba dando un manotazo. ¿Sería lo mismo? ? ¿Sirve el ejemplo?) Precisamente, lo que el gobierno debe explicar es la diferencia entre saquear el bolsillo de la gente y tomar una decisión que en el mediano y largo plazo nos beneficiará a todos. (No. mala mía. No es lo mismo. ¿Así que estos tarifazos a la larga nos van a beneficiar? ¿Cuán larga sería? ¿Tiempo estimado? ¿A todos? ¿Seguro? ¿Alguna prueba que puedas ofrecer para incrédulos?) Razones no le faltan al gobierno para explicar lo que ocurre, lo que pasa es que a esas razones no las explican o las explican mal, las explican con balbuceos, con justificaciones que parecen disculpas e incluso silenciando virtudes, contrapesos que atenúan los efectos del ajuste, tarifas sociales que benefician a millones de personas. (¿Es un problema de mala comunicación entonces? Habrá que creer que las medidas están perfectas y sólo resta explicarlas bien: Para lo que nadie mejor que un buen periodista convencido que cualquier cosa es mejor que un peronista en el gobierno. Venga Rogelio, siga amigo.)
...
El gobierno reclama tiempo y es justo que lo haga. A continuación, observo que así como el tiempo es infinito, el tiempo político no lo es. El gobierno está haciendo muchas cosas bien, (Ajam...) y las está haciendo a fuerza de habilidad, (Ajam...) claridad conceptual (Ajam...) y decisión (Ajam...). Pero todo gobierno -no sólo éste- debe tener presente que la soberanía popular reside en el pueblo, que en democracia el que otorga el poder y lo quita es el pueblo y, por lo tanto, no se puede gobernar en contra de sus deseos e, incluso, de sus prejuicios. (¿Los que hablaban de periodismo militante tienen algo para decir hasta acá?)
La columna completa está por acá. Yo ya hice bastante. Quien se anime a competir justificando el ajuste va tener que ser muy salvaje para ganarle. por ahora el crédito de este blog está puesto todo en C-Erdosain para que gane el premio.
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