25/3/15

Ni periodistas ni administrativos: trabajadores de prensa.

Promulgación del Estatuto del Periodista, en 1948
El 25 de marzo celebramos el “Día del Trabajador de Prensa”. Sin embargo, el 25 de marzo de 1944 cuando se sancionó la primera versión del Estatuto del Periodista (por eso fue elegida la fecha) eran contados los empleados de empresas periodísticas -ya sean periodistas o administrativos- que aceptaban la categoría de “trabajador de prensa” que hoy reivindicamos.

Entre los periodistas sobrevolaba la idea de que se trataba de un oficio de “artistas” o “intelectuales”, trabajadores “de cuello blanco” que debían mantenerse ajenos a la sindicalización. Sin embargo, un colectivo de vanguardia llevaba años bregando por la agremiación. La lograron gracias a la gestión de Juan Domingo Perón, que entonces, antes de llegar a la presidencia, ocupaba -simultáneamente- cinco cargos públicos, entre ellos el de Secretario de Trabajo y Previsión.

Lejos estaba aquel grupo de activistas de las posiciones de Perón. Pero la distancia ideológica no impidió que Perón empujara la sanción del Estatuto. Reconocía la legitimidad de la demanda y la de los dirigentes que encabezaban el pedido por sobre cualquier diferencia. Otros tiempos, evidentemente.

Tampoco los empleados administrativos se sentían amparados bajo el concepto de “trabajadores de prensa”. Estaban encuadrados en el Código de Comercio y, dentro de las empresas, se sentían en cualquier caso más cercanos a la tradición de los obreros gráficos, entonces poderosos en un universo periodístico donde mandaba el papel.

La sucesión de luchas de los propios trabajadores y también la misma política integradora de Perón construyeron en pocos años el imaginario colectivo del “trabajador de prensa” en el que ahora abrevamos. Desde entonces, leyes, convenios colectivos y reglamentaciones los unificaron. No podía ser diferente si disputaban por igual el salario y las condiciones de trabajo ante los mismos patrones.

Hoy algunas organizaciones sindicales y voceros patronales alimentan esa anacrónica separación. Promueven sindicatos de empresa noventistas, acuerdos burocráticos y la división de los trabajadores.

Nada más lejano a lo que hizo Perón en 1944.

El Día del Trabajador de Prensa conmemora también la figura de Rodolfo Walsh, asesinado un 25 de marzo, en 1977, luego de despachar ejemplares de su carta pública a los jerarcas de la dictadura. Fue, acaso, el ejemplo mayor del trabajador de prensa.

Estas historias son parte de la riqueza de tradiciones que reivindica esta Comisión Gremial Interna y la enorme mayoría de los trabajadores de Télam.

Los que pretenden olvidar nuestra nuestra identidad, vaciando de contenido el significado de una conmemoración (¿Qué más lejos que la figura de Walsh que esos supuestos trabajadores de prensa que viven de las prebendas y traicionan las luchas?), no resistirán en juicio de la historia.

Comisión Gremial Interna TELAM

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