12/2/15

Sobre la mejor manera de homenajear a Perón y Evita, como también a Néstor y Cristina

En otros tiempos, aunque no hace mucho, los discursos de los candidatos peronistas en campaña eran insufribles. La estructura era más o menos esta: "... porque nosotros, compañeros, venimos trabajando desde hace rato y nunca hemos dejado de lado las banderas del General Perón y la Compañera Evita" (Bombos y aplausos); y seguían "militamos siempre, blabliabla-blablibla, blabibla blabá, siguiendo el ejemplo de esa excepcional mujer que fue Eva Perón" (Bombos y aplausos); "Y si hay algo que nunca haremos blabliabla-blablibla, blabibla blabá, como nos enseñara nuestro gran conductor el General Perón" (Bombos y aplausos). Ni una frase terminaba sin nombrar a Perón o Evita.

Hoy por suerte, trasvasamiento generacional mediante, las cosas son muy distintas. La estructura discursiva es más o menos esta: "... porque nosotros, compañeros, venimos trabajando desde hace tiempo y no vamos a dejar nuestras convicciones en la puerta de entrada a (lo que corresponda) como nos enseñó Néstor kirchner".; y siguen "militamos siempre, blabliabla-blablibla, blabibla blabá, siguiendo el ejemplo de esa excepcional mujer que es la Compañera Cristina"; "Y si hay algo que nunca haremos blabliabla-blablibla, blabibla blabá, es torcer el rumbo de este proyecto nacional y popular que comenzó el 25 de mayo de 2003" . Ni una frase termina sin nombrar a Néstor, Cristina o la frase Proyecto nacional y popular.

Insoportable y aburrido. Cuando se quedan si aire o no saben como cerrar una frase nada mejor que acudir a "...este proyecto transformador.", "...Nestor y Cristina." o "... este Proyecto Nacional y Popular."

Conviene entonces repasar lo escrito por la Compañera Cristina, conductora de este Proyecto Nacional y Pop... etc., para ver cual es la mejor manera de homenajear a quienes se debe, sin ser un charlatán o un acopiador de frases ajenas. (Destaco en negritas -o "azulitas" en este caso- lo que considero importante)

Lo que sigue es el prólogo al libro de Aníbal Fernández "Conducción Política. Así hablaba Juan Perón"

Y Aníbal lo hizo otra vez.
Como con Zonceras argentinas, una original relectura del genial libro del genial libro de Jauretche que también prologué, recurrió nuevamente a la biblioteca y desempolvó otro gran texto para ponerlo en valor y echar luz sobre temas actuales.

Parece que no se anda con chiquitas. Esta vez eligió el mítico Manual de conducción política del general Perón que reproduce sus charlas en la Escuela Superior Peronista en los años cincuenta. Con su estilo, coloquial y transgresor, Aníbal realiza de manera deliberadamente caótica una selección de textos que utiliza para reflexionar sobre temas del presente.

A Perón se lo nombra mucho pero se lo lee poco. No deja de sorprender, a pesar de la obvia diferencia de contextos, la actualidad de su pensamiento. Pavadas de temas: la conducción política, la responsabilidad, el liderazgo, la militancia, los partidos políticos, los valores, la juventud.

“La buena conducción se mide por el éxito”, se llama uno de los capítulos. ¡Qué gran verdad! En realidad, como decía siempre Néstor Kirchner, no debería nombrarse tanto a Perón o a Eva Perón. La manera de honrarlos y respetar su legado es la gestión. Esos discursos en los que se los nombra solo para arrancar el aplauso no son más que eso: discursos. Y el peronismo es más que hablar; es fundamentalmente realización, transformación.

Como me dijo una vez una señora en una carta: “Somos peronistas haciendo, y eso a la larga se nota”. Así es que en estos años nuestro compromiso fue mejorar la vida de millones de argentinos, reparar derechos y dejar una Argentina mejor; más justa que la que le tocó a Néstor Kirchner allá por el año 2003. Porque lo que perdura son los resultados. ¿O acaso alguien se acuerda hoy de los críticos de Perón?

En momentos en los que desde ciertos sectores se promueve una especie de sentido común antipolítico, la respuesta es más responsabilidad, compromiso y militancia.

Y ustedes, los jóvenes: no se dejen engañar por lo que les dicen que la política es una cuestión ajena. Ojo, el discurso de la antipolítica también es político. Desconfíen de los que les recomiendan no meterse en política. Porque ¿saben una cosa? La política sí se mete con ustedes. Porque la política está en todo, define programas y políticas públicas, tus posibilidades o tus carencias. Es difícil que desde la neutralidad podamos transformar y construir.

En síntesis, tus posibilidades o tus carencias: la política se mete siempre en tu vida. Quieras o no. Por eso la neutralidad es no solo cierta forma de indiferencia y egoísmo, sino esencialmente una ingenuidad.

Solo desde la política se transforma o se construye. También solo desde la política se retrocede o se destruye. Depende de vos. Y de todos.

Y sí. Este libro es político. Hasta la médula. 
Cristina Fernández de Kirchner

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