4/11/14

Sobre la muerte de Franco Casco

por Fernando Pisani

Lo que pasó con Franco Casco no es cualquier hecho, cualquier muerte. No estamos hablando de un asesinato más, o una desaparición seguida de muerte más, hechos de por si aberrantes y condenables. Estamos hablando del quiebre total del gobierno o desgobierno santafesino que con su “modelo” y sus ideas de “país normal” ha llevado a que las dos principales departamentos de Santa Fe, Santa Fe y Rosario, batan todos los records del país en asesinatos, hechos de violencia, robos, cantidad de bunker que venden drogas y funcionarios policiales vinculados a diversos delitos. Mientras la media de asesinatos cada cien mil habitantes en Argentina es menor a 6, en Rosario superan los 23.

Pero si todo aquello es gravísimo, a pesar o gracias a que buena parte de la ciudadanía los sigue premiando con sus votos, lo ocurrido con el joven Franco Castro es el quiebre total del cual no hay retorno. Estamos en presencia de un nivel de degradación gubernamental - policial que recuerda las peores épocas: estamos en presencia de un detenido-desaparecido, pero no en dictadura, en democracia. Y un detenido desaparecido que, ahora lo sabemos, fue asesinado aunque no ocultaron tan bien el cadáver, pues terminó apareciendo flotando en el río, con un alto grado de descomposición, por lo que se especula que llevaría más de 20 días asesinado.

La desinformación -y silencios- que se produjeron en esta veintena de días por parte de la policía, del gobierno de Santa Fe, del Poder Judicial y de los medios de comunicación son escandalosos. Nomás recordemos que hasta un día antes del hallazgo de su cadáver en la prensa el gobierno “informaba” que había tres testigos que habían visto a Franco con vida el domingo y les había pedido ropa y comida para viajar a Buenos Aires. COMPLETO

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