A poco de haber vuelto de Perú (adonde viajó con su hijo y su compañera, según él "porque si te vas solo a ese país a la vuelta te encontrás cornudo y encima con un hijo ajeno en camino", dice, y velozmente aclara: "no es que yo desconfie de 'la Xime', desconfío de mis amigos") reapareció con altas llantas el Compañero Turco.
Cuando uno le pregunta lo que pagó por el "calzado" responde como un distinto: "unos pocos céntimos de soles". Este modo expresarse descoloca a su interlocutor y obligándolo a cambiar de tema.
La preocupación de todos los que lo conocemos es por esa adorable personita llamada Luka criándose casi al lado de lo que sería una especie de reencarnación del glorioso Pepino el 88.
¿Qué será dentro de unos pocos años de ese hermoso niño? ¿Cómo se desarrollará? ¿Será víctima de bullying culpa de la vestimenta de su padre?
En fin. Lo que uno se ahorra en soles siendo joven -o más o menos- se sabe después tendrá uno que gastarlo en analista para su hijo. Alguien tiene que hacer algo ya. Mañana puede ser tarde. No cuenten conmigo para avalar a ningún freak.
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