29/1/13

Sandra Cabrera y el policía Walter Miranda

Leamos un trecho de la nota: A nueve años del asesinato de Cabrera, la entidad que nuclea a las trabajadoras sexuales arremetió contra la impunidad del crimen y la continuidad de malas prácticas policiales. “A Sandra la mataron por denunciar la trata de personas, la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes y la mafia policial”, recordaron las meretrices , quienes además sostuvieron que siguen “sufriendo el acoso y la persecución” de una “policía corrupta, cuyos vínculos con el narcotráfico y la complicidad con el poder siguen vigentes”.

Y no se anduvieron con vueltas a la hora de dar nombres. “Prueba de ello es que el comisario Walter Miranda, quien se desempeñaba como subjefe de Moralidad Pública en Rosario cuando asesinaron a Sandra y fue pasado a disponibilidad tras verse imputado en sus denuncias, hoy es el jefe de policía”.
Completo.


Analicemos la carrera del servidor público Walter Miranda durante todos los gobiernos.

Sandra Cabrera fue asesinada el 27 de enero de 2004, o sea durante la gobernación de Obeid. Fue el mismo gobernador quien lo ascendió a Miranda, como también lo fue durante el gobierno de Binner y hace pocos días por el de Bonfatti.

Una de las quejas del Socialismo es que recibieron una policía heredada luego de 25 años de gobiernos justicialistas, y que ellos están apuntando a profesionalizarla. Antes portaban un arma con escuela primaria y tres meses de capacitación, mientras que ahora se les exige secundaria completa y formación técnica de tres años.

Se sabe que uno de los lugares comunes del gorilismo es que la gente instruída es mejor en todo. Incluso manejando armas. Y -obviamente- hasta "vota mejor".

La pregunta que habría que hacerse es ¿cómo este muchacho que fue denunciado y pasado a disponibilidad luego del asesinato continuó su carrera con ascensos en los gobiernos siguientes, llegando en el actual gobierno a ocupar una Jefatura de la Policía?

El Socialismo es la continuidad del gobierno de Reutemann. Hacen la plancha en todo y de reformas profundas nada.

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