Una nota firmada

Ya que está de moda hablar del "cambio de época" vamos con un ejemplo local, cotidiano, chiquito si querés, pero que me parece que es parte. Hacía 44 años hacía que en El Litoral no se realizaba un paro de todos los trabajadores.

El jueves que pasó, el 12 de julio, luego de ser resuelto en asamblea un paro se hizo. Y no fue que hasta hoy desde 1968 los trabajadores la venían pasando bien. Muchas veces cobraron los sueldos en cuotas o el aguinaldo cuando los dueños querían. La diferencia es que esta vez los trabajadores protestaron como trabajadores.

No hubo propuestas infantiles sobre la medida de fuerza como "poner una carita de triste en el messenger", ni nungun otro que se quejara "che, somos periodistas; no somos piqueteros". Pararon como lo que son: Tabajadores.

El diario salió igual, pero fueron los dueños más algunos que a lo mejor no se consideran perjudicados -o tal vez no están perjudicados- como Dozo, Crespo, Fenoglio, Ríspolo y los directores María y Gustavo Víttori (a) el Loco Lindo, los que lo hicieron. También colaboró José Víttori, el nene de Gustavo. Algunos dicen que también trabajó José Civita pero los testimonios no son contundentes a lo que hay que sumarle que no salió ninguna nota poniendo el grito en el cielo por los "trapitos" ni los "limpia-vidrios" de los semáforos.

No se privaron de su clásica gota de mala leche al colocar una nota firmada por un trabajador que se adhirió al paro. En la edición de "emergencia" aparece firmando Alberto Sánchez este escrito Psicología en el fútbol: para no estancarse en el túnel, pero lo hicieron para dejarlo pegado a la patronal o como un posible carnero. No lo fue. La nota era de archivo y no fue escrita para esa edición.

El que si dejó su trabajo hecho fue Rogelio Alaníz, quien a travéz de su personaje "Remo Erdosain" volvió a deleitarnos con una historia de sus cuatro libertarios pensadores de café. Curiosamente nada dicen del tema del día en la ciudad que fue justamente el paro en El Litoral. "No comparto -concluye José", vuelve a terminar (en realidad siempre termina así) y esto es también curioso que encontrándonos en plena ductadura K en un medio alguien pueda decir que no comparte algo. A lo mejor es una sutil forma de resistencia de Alaníz que de puro brutos los censores K no advierten.

El pronóstico publicado será inigualable: TEMPERATURA.

Cuentan que Gustavo Víttori una vez finalizada la edición de emergencia, corrió a alquilar The Truman Show para verla nuevamente -es su película favorita- porque ese día no pudo espiar a los trabajadores a través de las cámaras que hizo colocar en la redacción para enterarse qué hacen y dicen sus empleados. Fue un día muy triste para él.

Hace muchos años Neustadt le hacía un reportaje a Saúl Ubaldini y le preguntaba por qué insistían con una medida tan vieja como el paro y les proponía cambiar y adaptarse a los nuevos tiempos. La respuesta del compañero Saúl Edolver fue contundente: Mientras los patrones sigan siendo igual que hace 100 años nosotros no tenemos motivo para ser distintos. Somos trabajadores.

Esta fue la noticia para mi: Un grupo heterogéneo se asumió como un grupo de ttrabajadores y reclaman lo que les corresponden mientras los patrones siguen siendo iguales, incluso con la misma mala leche de siempre que los lleva a poner una nota firmada que no fue escrita para ese día.