Por suerte apareció Carlos Johnston, el intendente de Catriel, y con buen estado de salud. No se lo veía desde el 1º de enero.
El compañero Alberto Weretilneck, que recientemente asumió la gobernación de Río Negro, salió a pedir la renuncia porque el intendente vecinalista sufriría un desequilibrio psicológico.
"Otra cosa distinta hubiese sido si se iba de putas dos días", argumentó.
(Simultaneamente)
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