Pocas veces un presidente del PJ tuvo la unanimidad de todos los sectores internos al momento de proponerlo y elegirlo. Él respondió con la altura que el momento necesitaba.
El partido no era un lugar agradable para estar. Hasta se le debían salarios a los trabajadores y se estaba en deuda con los impuestos y servicios. Sin embargo él estuvo ahí y poco a poco logró revertir estos problemas.
Presentó la renuncia por problemas de salud y muchos especularon con que era por una posible candidatura u otras cuestiones. El tiempo puso las cosas en su lugar.
Los compañeros del PJ nunca aceptaron esa renuncia y esperemos que nunca lo hagan. Es más, hasta tendríamos que ir a buscarlo para que vuelva.
Las PASO fueron por demás civilizadas. Hasta no pareció que se tratara de una interna peronista. Tanto Rossi como Rodenas -salvo algunos pequeños momentos como en el debate en Canal 3 de Rosario- se dedicaron a hablar de lo que tenían que hablar: Cómo se frena el ajuste del gobierno nacional. Insisto, a ese lugar no se hubiese llegado sin Olivera. Todos se lo debemos.
Dicen algunos que el tipo tenía antecedentes en cuestiones relativas a la unidad, pero nada está documentado. Un día -ojalá no sea tarde- el tiempo podrá hacernos conocer esa historia. Mientras tanto somos muchos los que creemos que Ricardo -rocanrolero de la primera hora- fue el arquitecto que hizo posible que estos tipos se juntaran y sonaran así. ¡Cómo no va a hacer que se junten los peronistas!
George Harrison, Jeff Lynne, Roy Orbison, Bob Dylan y Tom Petty.
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