12/6/15

Con este nivel de agresividad, para mi eh, ojo pa-ra-mi, habría que suspender las elecciones de concejales

Leer y solidalizarse (si uno es un bien nacido)
¡A qué al abuelo no le hacían estas cosas, cagones! Se meten con este pibe porque lo ven todo... así pobrecito, y no con uno de la vieja política

¡Lo mal que la debe estar pasando Seba por este A77AQUE!.

En un país normal, en una provincia normal, deberían suspenderse las elecciones hasta tanto se aclare este hecho y aparezcan tanto los responsables materiales como los intelectuales.

Fuera de joda. No da para tamaña agresividad.

Antes, hace mucho, y cuando uno de los que hacía política era Don Alberto Maguid -quien dejó curiosamente de ser llamado "El Padrino" (*) por algunos periodistas- la cosa era bien distinta.


Por poner un ejemplo (en el que nada tuvo que ver Pignata que a lo mejor ni había nacido, ni mucho menos Don Alberto porque era un hombre de paz, diálogo y consenso por sobre todas las cosas) en 1984 te cagaban a tiros un sindicato porque dos personas que eran de UPCN se afiliaban a ATE. ¡Eso era un ATAQUE y no que te tiren pepelitos, nene!

Vuelvo con lo de siempre que tanto me obsesiona: Cuidemos las palabras. Ataque es otra cosa chicos.


(*) El Padrino fue un fallido del hoy Secretario General Jorge Molina, quien en un reportaje queriendo decir que UPCN era una gran familia como Los Campanelli dijo Los Corleone. ¿Vieron? Ahí tienen otro ejemplo sobre porqué es necesario cuidar las palabras.



Sigue algo que NO-TIE-NE-NA-DA-QUE-VER-CON-LO-AN-TE-RIOR, pero me gustó mucho, escrito por el compañero Elabas:
  
SER TRAIDOR
Traidor es una palabra grave, aunque sea aguda. Es quien afecta la fidelidad, la lealtad. Se le dice también felón, infiel, desleal.

En política se utiliza mucho para describir esa conducta y mucho en el peronismo, donde la lealtad es bandera. En esa línea, decirle traidor a alguien es lo peor que hay. Ya no hay retorno con esa persona, siempre hablando en ese plano.

Por eso, se la puede llegar a saludar, incluso compartir algún momento. Pero siempre quedará el cuidado, porque la reincidencia es posible y puede pasar de un plano a otro. 

Desde hace cuarenta y dos años estoy parado en la misma baldosa, pero acepto que es válido cambiar de ideas, sentirse equivocado y entonces obrar en consecuencia. Eso es válido, no es traición. 

Traición es cuando la idea no es la que motiva, sino el propio interés, el interés rastrero que no sólo lleva a decir todo lo contrario a lo que se dijo hasta ayer, sino a lacerar con ello a quienes creyeron en esa persona. Y, a veces, ese interés lleva a otros a seguirlo quienes, a su vez, cuidan sus propios intereses. 

Ya no se habla de ideas, se habla de intereses. Pero, para disfrazar la traición, se trata de embarullar el discurso diciendo: "es una decisión política, esto es política" Y lo peor: te tratan de ingenuo, purista, tonto o con otros adjetivos que llevan a concluirte como que no sabés o entendés nada. 

A lo mejor es verdad. Pero prefiero morir así, ignorante. 

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