20/7/14

La culpa es mía por tener ideas modestas y ser mediocre escribiendo

Transcribo un fragmento de "La Academia del Humor en Flores" extraída del libro "Crónicas del Ángel Gris" del compañero Alejandro Dolina, con el solo fin de dedicarla al amigo Juan Pascual, del periódico Pausa que, entre tantas notas que parecen trabajos prácticos del Instituto 12, insertó algunas cosas publicadas por estos lados (y también en Nestornautas), lo cual me honra y agradezco infinitamente ya que las escritas en este sitio ni siquiera llegarían a serlo.

"...La Academia del Humor de Flores poseía también un registro de patentes que permitía a los ingeniosos del barrio preservar la propiedad de sus creaciones. 

La oficina atendía día y noche, pues ya se conoce la quisquillosidad de los inventores de bagatelas.

De todos modos, y a pesar de los minuciosos tramites, nunca faltaban chistosos que se sentían despojados por alguien. Esto ocurre todavía en nuestro tiempo: cada vez que surge un programa exitoso o una nueva publicación de humor, muchos de nuestros conocidos declaran haber tenido la misma idea mucho antes.

El polígrafo Manuel Mandeb -que jamás registro nada- despreciaba a los supuestos damnificados. Oigamos sus gritos: "Solamente pueden robarse las ideas pequeñas, las minucias que caben en un bolsillo. Las grandes creaciones son incomodas de llevar y no están al alcance de los descuidistas. Cualquiera puede hacerse con el eslogan de un nuevo calzoncillo; la teoría de la relatividad -en cambio- es de usurpación casi imposible."

"Convendrá entonces tener ideas grandes, o en todo caso, procurar que nuestras ocurrencias estén pegadas a nosotros de un modo tan íntimo y estrecho que nadie pueda arrancárnoslas del alma. Si quieren saberlo, yo soy mis ideas, y quien me las robe, habrá de llevarme también consigo." Pero las idea de que las ideas no se roban le fue robada a Mandeb.

El abogado Gerardo Joseph la expuso como propia en una conferencia titulada "La Sustracción de Ideas". Se dice que Mandeb se presento ante el charlista y le dijo: -Vea, mi amigo, al oírle exponer mis reflexiones pensé que yo mismo disertaba. Usted era yo y es tal vez por eso que no le rompo los dientes de una trompada...

Gracias nuevamente por la nota "Tabares, por todas las ventanillas". Realmente un excelente resumen.

No hay comentarios: