16/5/14

Por qué Leandro Busatto

Cuando Barricada nos propuso esta idea de escribir un par de líneas sobre la pre-candidatura a gobernador del compañero Leandro Busatto, lo primero que se nos vino a la mente fue escribir sobre la importancia de joven, con características culturales similares a las nuestras en cuanto a educación, edad y, fundamentalmente, a la coincidencia ideológica que nos une hace bastante tiempo, dispute un posicionamiento político de tamaña envergadura.

Inmediatamente caimos en la cuenta que plantearlo desde esta perspectiva era un tanto egoísta, dado que suponía escribir sobre algo muy propio lo cual quitaba la posibilidad de replicarlo en el común de la sociedad santafesina y es por ello que comenzamos a imaginar el escenario en el cual, seguramente, se va a dar esta contienda política.

A partir de ahí, empezamos a analizar las posibles candidaturas que merodean la próxima elección, es decir, quiénes son y qué representan, y ahí es donde la figura del compañero Busatto cobra una trascendente relevancia.

Esto no quiere decir que “Quico” -como amistosamente lo llamamos– no tenga peso específico propio. Es decir, las condiciones personales, políticas o metodológicas necesarias para pre-candidatearse a gobernador, sino que, por el contrario, son precisamente estas cualidades las que lo destacan de sus eventuales competidores.

Claramente esta hipótesis debe ser contrastada con la realidad para no caer en la tentación discursiva de remitirnos a la mística peronista a la hora de justificar la idoneidad de nuestros candidatos y es por ello que intentamos abstenernos, aunque me resulte muy difícil, de apoyarnos en muletillas y analizar el contexto en términos históricos para finalizar haciendo un poco de futurología respecto de lo que podría suceder en el año 2015.

Como todos sabemos la elección a gobernador de la provincia del próximo año, se va a dar en el contexto de la elección más importante desde el advenimiento de la democracia en el ámbito nacional. Esto viene a cuento porque hasta ahora aquellos que nos identificamos con este proyecto iniciado en el año 2003, teníamos garantizada su continuidad de la mano de la compañera Cristina, quien ha demostrado, una y otra vez, que este proyecto no sólo no se acaba sino que puede, y debe, profundizarse cada día más.

Esta imposibilidad constitucional de volver a presentarse como candidata, abre un abanico de posibilidades para el país que van desde la profundización del modelo hasta la supresión del mismo –no es sensacionalismo dado que lo escuchamos de los propios opositores– en un abrir y cerrar de ojos.

A esta incertidumbre a nivel nacional, le debemos sumar las profundas dificultades en las que está sumida la provincia de Santa Fe, en términos institucionales, políticos y económicos que se han ido agravando exponencialmente en estos siete años de gestión "socialista" -permítasenos la utiliación de comillas dado que tienen de socialista lo que cualquiera de nosotros de Maradona jugando al fútbol– donde, en un contexto nacional de franco crecimiento, nunca fue política de estado provincial la inclusión social, la ampliación de derechos, la generación de puestos de trabajo, sino por el contrario, los han limitado, y en algunas casos, los han reducido hasta los menores niveles históricos disimulando sus falencias con amplios despliegues mediáticos o con victimizaciones dignas de novelas brasileras.

Esta decadencia del estado de la sociedad santafesina le ha permitido a los viejos rostros de la política local convertirse en los máximos referentes políticos contemporáneos, aún cuando en sus espaldas pesan el sufrimiento, el dolor, y hasta, la ausencia de aquellos que fueron reprimidos y asesinados en el 2001 o los olvidados de la inundación del 2003. No hace falta mencionar nombre alguno.

Tal vez peor aún, han generado una nueva generación de individuos con desmedidas ambiciones de poder cuyos objetivos justifican cualquier medio en su carrera a la casa gris.

Es por ello, y retomando un poco la idea del comienzo de estas líneas, que necesitamos fortalecer este proyecto nacional y popular en todos sus ámbitos, donde sin lugar a dudas la disputa nacional va a ser central, pero en términos coyunturales y de construcción de poder para hacer una férrea defensa de lo conseguido hasta ahora, la elección en la provincia de Santa Fe – una de las tres mas importantes económica, electoral y geográficamente hablando – va a resultar indispensable.

Precisamente aquí es donde la presencia del compañero Busatto se hace más nítida, cuando uno entiende que lo que se juega es nuestro futuro, el de nuestros hijos, es que entendemos que hacer política no es actuar en los medios.

No es replicar viejas recetas, no es mirar para otro lado, sino por el contrario, como diría Néstor, es usarla como herramienta de cambio, de transformación, de inclusión, de ampliación de derechos, algo que cotidianamente vemos en la lucha del compañero Leandro, quien desde el lugar que le toque (sea como dirigente de la JP en el pasado o como diputado provincial y referente indiscutido del kirchnerismo santafesino en la actualidad) siempre ha buscado.

Y lo más importante: lo sigue haciendo, sin dobleces, sin desdecirse, sin traicionarse, que al fin y al cabo es sin traicionarnos.
José Ignacio Labath
(Integrante de la Corriente Nacional de la Militancia)

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