16/2/14

No se puede usar el humor para hacer política

"El hijo de" Tato Bores, muy enfadado, nos da una clase de republicanismo y respeto por las instituciones en plena columna de humor.

El kirchnerismo también viene usando el fútbol para tratar de convencernos de que es lo mejor que le pasó al país desde las invasiones inglesas hasta hoy. Y hace cualquier cosa, desde las burdas tandas de autobombo y escraches en los entretiempos de los partidos hasta el famoso sanguchito neofascista de los domingos. ¿De qué se trata este manjar? Muy simple. Por ejemplo, hoy domingo nos van a enchufar el partido de River de 18:00 a 20:00 y el de Boca, de 21:30 a 23:30. En el medio (de 20:00 a 21:30) va un capítulo estreno de uno de los programas de la falange de propaganda neofascista. De ese modo, ese programa hereda en sus primeros minutos una avalancha de hinchas de River que recién terminaron de ver el partido y tardan un rato en cambiar de canal o apagar el televisor. Luego, minutos antes de que termine el show, reciben otra avalancha de hinchas, en este caso de Boca, que sintonizan esperando que los panelistas terminen de contarnos por qué le dicen “década ganada” a este quilombo, y empiece el partido de una buena vez. En el promedio, mejoran el rating del domingo. Eso sí, los días que no hay fútbol no los mira ni el loro. COMPLETO


Andá a saber por qué se enojó. Encima con un programa que no ve ni el loro. Pero si está mal "usar el fútbol para hacer política" a lo mejor está mal hacer humor para hacer política. El humor, siguiendo esta lógica, debería consistir en contar la historia del Correntino que se baja del tren en Buenos Aires y pregunta... No más que eso.

En el fondo estos tipos creen que está mal hacer política. Como sea, está mal. Siempre.

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