Estoy en contra de la muerte. Nadie debería morirse.
Alguien tendría que prohibirlo.
Los buenos no se tienen que morir porque son necesarios y algunos hasta imprescindibles.
Los malos tampoco tiene que morirse. Por lo menos hasta que paguen todas y cada una de sus maldades.
Videla pagó algunas y se fue debiendo varias.
Me hubiese gustado que viva 100 años más.
La vida de estos tipos cuando les llega la justicia empieza a ser distinta.
Vivir mucho es para ellos un sufrimiento.
No se emparenta al de los que sufrieron la tortura ni al de los familiares de los que él mandó matar, pero qué lindo fue que vea que no somos iguales.
Los que todavía lo idolatran o reivindican su gobierno hubiesen querido que alguien lo mate para hacer de él un héroe o un mártir. Por suerte nadie lo hizo. Murió siendo un reo, un delincuente preso.
Uno de los buenos, de los nuestros, hizo mucho para que no se olvide nada y para que se vaya debiendo menos que lo que debía en 2003.
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