3/3/13

Humor cacerolo

La frase "humor cacerolo" en toda una gran contradicción en dos palabras. Si algo justamente caracteriza al Cacerolo es su mal humor mediante el cual expresa sus frustraciones individuales. Así puede enojarse con el gobierno nacional por la falta de semáforos en la esquina de su casa, como también hacerlo responsable de las goteras de su casa.

Pensándolo bien, y ahora que escribí eso, no es ninguna contradicción. Es mal humor. Pifié el en título.

Más allá de eso el chiste referido a la traductora de Cristina imitando una placa roja de Crónica, está bien. Es el único que, recorriendo páginas caceroleras, me hizo reir.

Ahora, y sin enojarse, los invito a que pasemos al siguiente.
  • El Plan Trabajar no existe más desde hace mucho, pero mucho eh!.
  • Con el anuncio de CFK la pensión a una Madre de 7 hijos será de $ 2.165, y sólo para aquellas que están en situación de vulnerabilidad.
  • Obviamente que es incompatible con la AUH, y en caso de optar por esta cobra hasta por 5 hijos.
  • Lo de la garrafa es todo un tema. En principio porque esta gente, hablo de los Cacerolos, se vive quejando porque no se consigue por ningún lado. Atrás de eso hay que aclarar que esa garrafa es utilizada para cocinar. Si la usás para calentar el agua de un calefón para bañarte, o calefaccionar la casa, te dura 5 minutos.
El humor tiene que estar basado aunque más no sea en medio dato real. Conviene ahora refrescar un trecho de "La Academia de Humor en Flores", de Alejandro Dolina.

"El humor político es -dicen algunos- un pasatiempo intelectual que consiste en burlarse de los peronistas. Sin embargo, en la Academia, la materia era dictada por el profesor Ricardo Bermudez, hombre que pertenecía a esta corriente.
 

Desde el principio, Bermúdez trató de establecer que para hacer una chanza inteligente cualquier partido es bueno. Así llegó a contar un día que los demócratas progresistas levantan el piso del parquet de sus casas para hacer asados. El efecto de esta creación fue prácticamente nulo. Pese a todo, hay que declarar que hubo en sus enseñanzas algunos modestos aciertos.

Refutó -por ejemplo- el viejo postulado segín el cual es imposible hacer humor oficialista. El humor- sostenian los ortodoxos- implica siempre la degradacion de un valor. Por lo tanto, toda acción humorística será siempre en contra de algo. De aquí se infiere la imposibilidad del chiste a favor del gobierno o del orden vigente.
 

Los argumentos contrarios de Bermudez son tan sencillos que su exposición no produce el menor orgullo artístico: "...Es cierto que el humor se hace siempre en contra de algo, como ya lo sospechó Platon. Para hacer humor oficialista bastaría entonces con burlarse de la oposición."

En efecto, la presentación del inconformismo y el decontento como estados espirituales ridiculos y aun fraudulentos, propugnaba indirectamente la admiracion del pensamiento establecido. De hecho, hoy en día, nuestros mejores humoristas son honradamente oficialistas, tal vez por razones parecidas a aquellas que llevaban a los Hombres Sensibles a desconfiar del humor."

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