20/10/12

No les piden tanto

Es muy obvio aclarar que nadie está preparado ante la llegada de lo imprevisto, pero todavía no salgo del asombro por las reacciones que está provocando en el oficialismo provincial el caso Tognoli.

Empezaron por explicar que sólo se trataba de una denuncia periodística y que judicialmente no había nada, a la vez que planteaban sospechas sobre la nota del periodista Raúl Kollmann y también sobre el medio -Página 12- en que fue publicada.

Siguieron con que se trataba de una venganza K en respuesta a que tiempo atrás, en enero más especificamente, la policía secuestró una camioneta cargada de marihuana y que desde medios oficialistas -siguiendo declaraciones de funcionarios provinciales- se vinculó al Ministerio de Desarrollo Social de la nación. La venganza sería entonces una operación en contra de aquella otra operación, admitieron sin darse cuenta.

Más finos siguieron con que era una vergüenza filtrar a la prensa una investigación de la Policía de Seguridad Aeroportuaria sin que las autoridades provinciales hubiesen tomado conocimiento, acompañando a este dato vulgaridades tales como "¡Qué hablan los peronistas de seguridad! ¿Van a decir que ahora la droga llegó a Santa Fe en el 2007 con Binner?".

Llegamos a un punto en que los amantes de las instituciones, la república, de las libertades individuales -aunque primero la de la prensa- y por sobre todas las cosas respetuosos al extremo del diálogo y el consenso, se comportaron igual que quienes son blanco predilecto de sus críticas, lo que llaman despectivamente "los K".

La cuestión es que renunció. Si le pidieron la renuncia o se fue solo ni siquiera fue un dato de color. No pudieron tapar el hecho que una noticia en un diario porteño les costaba la caída de -lo digo por las reacciones- casi un ministro. Y no era un ministro, es un CANA.

No creo que les pidan tanto. Defender a un CANA es meterse en una complicación. Yo me haría el otario si estuviese en ese lugar. Todo bien con que defiendan a un funcionario con el que simpatizan o un proyecto político por el que apuestan o es de su agrado. Ahora, defender a un CANA es mucho.

Este post deberá tomarse como un sano consejo para los militantes de FAP. Los periodistas tienen otros intereses y contradicciones.

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