8/10/11

La presentación

Ariel Scher -periodista de Clarín que retiró su firma de sus artículos- vino a presentar el libro de Nico Lovaisa y acá les dejo la desgrabación de lo que dijo. (Entre nosotros, es mejor escribiendo que hablando. Recomiendo leerlo en Clarín -eso sí, digital, no de papel- antes que acá)

Escuché que asociaban la palabra gimnasia o entrenamiento en la presentación con alguno de nosotros tres: Son falacias. Para que vean que los que dicen falacias no son sólo los periodistas. Estamos desentrenados casi en cualquier cosa, salvo en hablar y eso vamos a hacer.

Ayer al mediodía, 12 y media más o menos, yo estaba a media cuadra del Cabildo en Buenos Aires, yo vivo en Buenos Aires y llegué más o menos a las siete porque llovía allá, llovía acá y vinimos bastante despacio con el ómnibus debatiendo si Higuaín y Messi eran una buena sociedad, o si la mala sociedad era toda la sociedad entera como decía el chofer, y lo podíamos arreglar en un viaje, y hablaba con un editor de libros al lado del Cabildo y me pregunta "¿Te vas mañana Santa Fe?, y le digo "Sí, claro". "¿Cómo no me avisaste que este pibe sacó este libro? No hay una sola provincia argentina, una sola ciudad que tenga todavía una construcción periodística, histórica, política, analítica, sociológica de la terrible siembra de la dictadura en torno al deporte" En realidad el libro está bárbaro pero es un hallazgo ya sólo desde ese lugar.

A ver, pensemos: Pasaron veintipico de años después de la salida de la dictadura militar, o de la llegada de la democracia para que ciertas historias del fenómeno deportivo ligadas a la dictadura empezaran a ser contadas. En ese sentido la dictadura duró aunque ya no estaba. Mañana se corre "La Carrera de Miguel" en Berazategui, en el sur de la provincia de Buenos Aires, Miguel es un desaparecido desde el 8 de enero de 1978. Miguel Sanchez un atleta que había corrido dos veces la Maratón de San Sivestre -corre Javier Sotomayor que es un cubano que está en la argentina, que es el mejor saltador de toda la historia- y la historia de Miguel se conoce hace relativamente poco en detalle.

Las historias que cuenta Nico, nosotros las contábamos ayer con un compañero que es famoso porque es hincha de Platense y eso vuelve notoria a la gente, que es Alejandro Fabri, y charlábamos con Nico las historias que él enumeraba ya con cierta naturalidad porque se ha asombrado al construir esas historias, pero ya las ha contado una cantidad de veces, ha generado un impacto grande en Buenos Aires, imagino que acá más aún o igual, y decíamos "qué impactante; qué impresionante", pero no cada historia en torno de Unión y de Colón, sino que lo impactante es el tiempo de silencio que antecedió a una presentación orgánica, bien escrita, bien trabajada e investigada, como la que hizo Nico.

Yo estoy contento porque puedo compartir este momento y estoy contento porque Nico hace el trabajo periodístico bien, o sea trabaja de lo que tiene que trabajar un periodista, trabaja de "contar las cosas". ¿Qué quiere decir "contar las cosas"? No quiere decir sacarle fotocopias, sino modelarlas de acuerdo con lo que nos permiten las palabras, los ojos, la ideología, y el corazón. Nico es alguien que acá nos "informa" que, ustedes se imaginarás que yo no soy Mariano Grondona aunque tengo alguna noción básica de latín y de griego, tiene que ver con "dar forma", así lo explicaría Grondona, ¿no?, y él le ha dado forma a algo que podía quedar in-forme, peligrosamente in-forme.

Si montones de periodistas o de no periodistas no hubieran contado y organizado todo el relato de ciertas historias ¿cuánto que no sabríamos de nosotros? Yo creo que lo que más quiso dictar la dictadura, además de un modelo económico, además de la muerte, es que como sabía que en algún momento, aun concibiéndose eterna sospechaba que se iba a acabar, es que después no pasara más nada. Nico les metió una conspiración, como tantos compañeros en tantas partes. Olvidarnos no. Contar sí. Y lo que cuenta Nico no es desde la comodidad de la sanata enunciativa: Laburó.

Este es un libro que tiene muchísimo trabajo. Nosotros en buenos Aires, en distintos medios, 3, 4 veces, citando la fuente como no siempre se hace, logramos reproducir las cosas que Nicolás indagaba en otras etapas, y tenemos no sólo montones de periodistas qeu se asombraba, sino gente, lectores, oyentes, que nos decían, "pero cómo, ¿esto pasó?" "¿El Gato Andrada es -y eran tautológicos- el Gato Andrada? ... Y sí". "Y Viola... Y sí". "¿Y pasó todo este tiempo, y en el medio de todo este tiempo hubo silencio y más silencio?... Y, sí"

A mí me da mucho orgullo el trabajo que ha hecho Nico, y tendría el mismo orgullo estando o no estando acá. Vine porque no me lo quería perder, pero me parece extraordinario que alguien se empecine en jugarle partidos al olvido, en meterse adentro de la cancha del olvido, y en ganar. Muchos de nosotros creemos que lo más importante del juego es jugar, pero si conseguimos construir -de acuerdo con nuestra comprensión del mundo- caminos para ganar jugando, es una cierta alegría, digo yo que vi Racing e Independiente desde la tribuna, y el único mérito es haber permanecido despierto hasta que concluyó.

Y Nico nos obsequia un triunfo. Ha tenido la generosidad de ponerlo en un libro, con lo cual el triunfo lo excede. Los buenos periodistas saben que los mejores triunfos son aquellos en los que se empieza a olvidar quién es autor de tal indagación, y que lo importante es que esa indagación permita construir historia y memoria. El otro día yo estaba con unos alumnos y me contaron la historia de los fusilamiento del '56 en José León Suárez. No sabían que ese trabajo de recuperación lo hizo Rodolfo Walsh. Pongamos que para un estudiante de periodismo por ahí era un error, pero lo importante es que sabían que es había pasado, eso no debió pasar, y que si alguien no hubiera laburado eso se hubiese olvidado.

Si el olvido es un jugador arrasador, arrasador aún en tiempos que no necesariamente promueven el olvido, pero arrasador al fin, Nico se atrevió a jugarle el partido, y el partido está bien jugado. Todo el tiempo en que él construyó este libro cada palabra está sostenida por palabras y por datos. Todo el tiempo supo que en el ambiente del periodismo, en la lógica dominante te alcanza para ser un buen periodista deportivo -entre comillas- con saber narrar los detalles de la cancha, que también le gustan desde luego. Si vos podés enumerar el segundo nombre de la mayoría de los jugadores de Unión y Colón, podés ser un profesional respetado en Santa Fe, y si no tenés faltas de ortografía eso te ayuda también.

Porque además los interese colectivos tiene que ver con las inmediateces del fútbol. Todos nosotros estamos siguiendo de alguna manera el gol que acaba de hacer Higuaín, pero más allá de los pormenores de la cancha, lo que es nutriente, lo que es central, es poderse animar en un medio que dice "con esto no te metas; esto no le interesa a nadie; esto no importa", a jugar ese partido.

Uno ve el resultado final, el libro, y dice "Tiempo Recuperado, ¡Qué fenómeno el libro! Mirá las barbaridades que pasaron en este país y en esta provincia". Ahora, para construir eso, además de tiempo, de calidad profesional, tenés que tomar una decisión profesional y política de meterte con lo que no tenés ninguna obligación externa para meterte, ¿si Nico no contaba esto, quién se lo iba a reclamar, salvo su corazón u su conciencia? Y a mí eso me parece que es lo más grandioso del laburo de él y del libro. Es alguien que fue leal a su corazón y a su conciencia.

Nico aprendió a ser periodista mirando lo que hacía alguna gente en alguna parte, en particular, acá en Santa Fe, yy fue leal a esos tipos, fue leal a los disparadores que lo llevaron a ser periodista teniendo todos los recursos para ser periodista sin atender estas cuestiones, y teniendo los saberes futbolísticos que tiene cualquier pibe que crece oliendo fútbol, sintiendo fútbol, jugando fútbol.

Al fin y al cabo lo que nos diferencia a nosotros de las sillas, es que nosotros tenemos una colección de sentimientos y tenemos la capacidad de hacernos problemas, de meternos en problemas. Nico se metió en problemas y entendió para dónde iban sus sentimientos. Nosotros los periodistas diríamos que hizo periodismo; el grueso de la gente que se queda con esta obra que va a quedar por los tiempos de los tiempos, para que se sepa que esto pasó en este país, y no tiene que volver a pasar, el resto de la gente no solo tiene la verificación de la calidad y de la capacidad profesional de Nico. El resto de la gente tiene una herramienta para ser más gente, y ese valor lo dan muy pocas cosas en el mundo, así que básicamente por eso me vine desde Buenos Aires. Muchas gracias.


Ah, y después habló Lovaisa contando su libro, pero ya no tengo ganas de desgrabar, así que si quieren saber qué dijo lo van a tener que escuchar. Por suerte no dijo nada de Pelé.

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