5/9/11

Bancame mi independencia


Leemos este párrafo de Ricardo Kirschbaum en Clarín de ayer: Un día después de los cuestionamientos del ministro Randazzo a los diarios Clarín y La Nación , Patricia Janiot, periodista estrella de la CNN , preguntó a este editor en el noticiero central de esa cadena si había censura en la Argentina . La respuesta fue absolutamente no. No existe la censura directa, esto es que los diarios u otros medios de comunicación tuvieran que someter sus textos, como ocurrió aquí durante la dictadura militar y en otros países como Brasil, al arbitrio o capricho de un censor oficial para que autorice o no su publicación.

La respuesta siguió con el señalamiento de la existencia de condicionamientos o amenazas a la libertad de expresión, que podían llevar a la autocensura. ¿Qué tipo de condicionamientos? Utilización discrecional de la publicidad oficial , por ejemplo, como un mecanismo de disciplina, algo que ocurre con tanta habitualidad que ya se considera a esta arbitrariedad manifiesta como un recurso propio de la política . Otra forma de presión es poner el aparato del Estado, con sus aliados privados, a demonizar y descalificar toda aquella versión que afecte el relato oficial.


Ahora que leímos, nos preguntamos: ¿Un periodista que se autodenomina independiente, debe preocuparse por lo que vende el diario en el que trabaja? ¿Debe preocuparse de lo que el empresario dueño del medio recibe en concepto de publicidad?, y más aún ¿Debe estar atento a cuánto recibe ese empresario en concepto de publicidad oficial?

Desde afuera de todo uno opina que no, que nada de esto debe preocupar al periodista independiente. Estar atento a estas minucias lo haría dejar de ser independiente, y tal vez condicione su manera de ver las cosas, ya que si -pongamos por caso- el medio recibe poca publicidad oficial el empresario dueño necesitaría quejarse ante quién corresponda. No así el periodista.

Si el periodista se queja de esto estaría siendo parte de una operación empresaria para que su patrón reciba más dinero del estado en concepto de publicidad, y por lo que tengo entendido, todavía no participan del reparto de las ganancias, lo que en todo caso se justificaría porque si recibe menos publicidad oficial, o privada, sus ingresos se verían afectados.

Pero como ya dije, yo veo las cosas desde afuera y soy sólo un lector. A lo mejor a los tipos esto le importa mucho por algún motivo que nunca me van a contar y que sólo puedo imaginar o sospechar.

Por suerte tengo algunos amigos que me organizan las cosas y me enseñan a explicarlas mejor desde un blogcito.

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