El vespertino local habría sido cooptado por La Cámpora, o alguna otra organización filokirchnerista. Correrían riesgo la continuidad laboral de Alaniz, Pandolfo, Curiotto y el 'tarta' Cáffaro (ojo que así le dicen en el diario, no yo eh).
De todos modos, el interrogante hacia el futuro -en Grecia, pero también en el conjunto de la economía capitalista occidental- refiere a la viabilidad de estos ajustes y, sobre todo, a la viabilidad de una lógica que periódicamente reproduce crisis cada vez más profundas y cuyas principales víctimas son las clases populares. La experiencia de los últimos años enseña que los ajustes suelen ser tan dolorosos como estériles y que su implementación nunca cumple con los fines previstos. Por el contrario, a menudo agravan los problemas económicos que prometían resolver y, quizá como efecto no querido, suelen destruir liderazgos políticos y deteriorar las instituciones de la democracia.
Este comentario editorial sería la prueba de lo dicho, ya que el diario nunca se pronunciaría en contra de ningún ajuste, y menos si este viene de la mano de un gobierno socialista como el de Giorgios Andreas Papandreu, Vangelis Papathanassiou, Demis Roussos -aunque Egipcio, hijo de griegos- o como puta se llame ese de allá.
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