Un diario que se preocupa por el calor que sufren los trabajadores.
41º 6 en el segundo día del año 1948. Como un horno gigantesco es descripta la ciudad. El Orden se apiada de los santafesinos, pero especialmente de los trabajadores:
Si el ciudadano común se sentir aplastado por ese aire de fuego ¿qué decir del obrero cuyas ocupaciones lo obligaban a trabajar bajo los ardientes rayos del sol? Viéndolos ayer dedicados a sus tareas habituales, con estoica serenidad, esos hombres que diariamente contribuyen con la fuerza de su brazo a forjar la grandeza de la nación, se nos antojaban verdaderos héroes quemando sus energías ante el altar de la patria. Afortunadamente ha llegado para ellos el reconocimiento del Estado por intermedio de la figura redentora del general Perón, que llevando el bienestar económico a sus hogares le permiten resarcirse de esos y otros sacrificios, que hasta hace poco no recibían ninguna compensación, porque quienes los explotaban habían perdido toda conciencia de humanidad, endurecidos sus corazones por la fiebre del oro.
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