Empieza el año y arrancamos con los discursos grandilocuentes, apelando a nuestra sesibilidad, a lo profundo de nuestras emociones, aunque otros podrán acusarlo de golpes bajos o sensiblería barata.
Lo cierto es que nuestro Senador nos ha dejado en su blog un apasionado -¿podría ser de otra manera?- mensaje saludándonos por el año nuevo.
Sugerimos tener a mano el número de teléfono de su servicio de emergencia o de su cardiólogo amigo antes de leerlo. No es para flojos esto.
Mensaje de Año Nuevo de Carlos Reutemann
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