10/11/10

Peñeros

Casi religiosamente los días lunes asisto una peña literaria a la que también van un docente, un empresario, un diputado, un afiliado de PAMI, un locutor (en Twitter @elflacosusurros), un abogado de dilatada trayectoria, dos o tres periodistas, un cardiólogo, un gremialista, un peruano, y hasta un psicólogo que contratamos hace tres años para que haga uno de esos estudios de comportamiento de grupo. Hoy en día todavía no queda claro si fracasó porque se hizo amigo del colectivo objeto de análisis, o porque le dejamos de pagar.

Cada tanto alguno se para y sin que medie presentación, recita o directamente lee algún párrafo convenientemente elegido, al que todos homenajeamos con el silencio y luego un aplauso. Es un lindo entretenimiento miestras se espera la comida. El respeto es tal que si la inspiración nos visita mientras estamos comiendo, todos dejamos de hacerlo para escuchar a quien necesite ser oido.

El empresario del transporte Héctor La Tuca (¿Qué querés que le haga si ese es su apellido?), dedica su tiempo libre a escribir poesía y cuentos cortos, el lunes pasado se paró y nos leyó esto que tituló "Sabaleros", y me pide que publique. Para mi gusto es desagradablemente machista pero como es un amigo le doy el gusto.

1 - EL DIARIO DE ELLA
El sábado por la noche lo encontré raro. Habíamos quedado en encontrarnos en un bar para tomar una copa. Estuve toda la tarde de compras con unas amigas y pensé que era culpa mía porque llegué con un poco de retraso a mi cita, pero él no hizo ningún comentario.

La conversación no era muy animada, así que le propuse ir a un lugar más íntimo para poder charlar más tranquilamente. Fuimos a un restaurante y él se seguía portando de forma extraña. Estaba como ausente. Intenté que se animara y empecé a pensar si sería por culpa mía o por cualquier otra cosa. Le pregunté y me dijo que no tenía que ver conmigo. Pero no me quedé muy convencida.

En el camino para casa, en el coche, le dije que lo quería mucho y él se limitó a pasarme el brazo por los hombros, sin contestarme. No sé cómo explicar su actitud, porque no me dijo que él también me quería, no dijo nada y yo estaba cada vez más preocupada.

Llegamos por fin a casa y en ese momento pensé que quería dejarme. Por eso intenté hacerle hablar, pero encendió la tele y se puso a mirarla con aire distante, como haciéndome ver que todo había terminado entre nosotros.

Por fin desistí y le dije que me iba a la cama. Más o menos diez minutos más tarde, él vino también y, para mi sorpresa, correspondió a mis caricias e hicimos el amor. Pero seguía teniendo un aire distraído. Después quise afrontar la situación, hablar con él cuanto antes, pero se quedó dormido. Empecé a llorar y lloré hasta quedarme adormecida.

Ya no sé qué hacer. Estoy casi segura de que sus pensamientos están con otra. Mi vida es un auténtico desastre.

2 - EL DIARIO DE ÉL
Hoy perdió Colón. Al menos me eché un polvo.

1 comentario:

Anonymous dijo...

jajajajajaja
y bueno, hoy perdió newels y yo ni eso