27/10/10

Para mis hijas, de parte de Kirchner

El 1º de julio de 1974 yo recién tenía 5 años y ese día murió Perón. Ni siquiera entrendía lo que era morirse y mucho menos entendía quién era ese señor.Lo que sí entendía era que mi abuela, mi abuelo y mi mamá estaban tristes y hasta lloraban mientras comíamos.
En ese momento había dos canales, que se veían en blanco y negro, y mi vieja cambiaba de canal a cada rato para ver en cual se veía peor.

Sí, peor. No quería ver bien lo que estaba pasando.
Yo decidí que ese fuese mi primer recuerdo.


En 1988 ya tenía 17 años y hubo una elección interna: El que ganaba iba a ser candidato a presidente por el peronismo.
Hacía poco que yo había empezado a militar. Se enfrentaban Cafiero y Menem.
Ganó Menem y esa noche fue la primera vez que probé el whisky hasta emborracharme de tristeza.

Yo hubiese votado por Cafiero, pero no me daba la edad para elegir.


En el 2003 y sin ningún entusiasmo voté a Kirchner.

A poco de andar Néstor se convirtió en una agradable sorpresa y más tarde yo quería que fuese reelecto, pero se decidió que la candidata fuera Cristina.
La voté contento y ganamos. Ganamos.
Sí, digo ganamos porque yo ya me sentía y me siento -por primera vez- partidario de los que gobiernan. Eran -SON- de los míos.


Hoy tengo 41.
Estamos en 2010.
Se murió Néstor Kirchner y fue la primera vez que lloré por un político.

Hizo muchas cosas que algún dia les voy a contar si es que no las saben y quieren saber.

Pero quiero que hoy me escuchen una, la que a mi más me gustó: Corrió la frontera de lo posible.

Durante mucho tiempo había cosas que se podían hacer y otras que no.

Nadie se preguntaba si esas cosas eran o no eran necesarias; sólo había dos opciones: se puede o no se
puede. Tampoco se sabía quién decidía lo posible y lo imposible.
Él se paró desde otro lado para ver las cosas.
Si algo era necesario y tenía que hacerse sólo había que buscar la forma de hacerlo.

Y nos demostró y enseñó que no era tan difícil.
Simplemente bastaba con tener ganas y decisión.


Hace un tiempo, en mi "rol de padre", "les había prohibido" decir que tal cosa no se podía.
Les confieso que nunca supe explicárselos bien, y tal vez por eso tomó forma de prohibición. Hoy encontré algo parecido a una respuesta y un argumento.

Ya pasaron los 5 hace rato. Dentro de poco tal vez tengan su primer borrachera y alguna tristeza grande. Ojalá que no les tarde tanto llegar querer a un político o a la política, porque todas las cosas que pasan, buenas y malas, siempre son culpa o virtud de una política.


Eso si, y en esto me mantengo inflexible: Ratifico que nunca más me van a decir NO PUEDO. La diferencia es que ahora tengo un montón de argumentos para explicarles por qué, contándoles pequeñas historias de Néstor Kirchner.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que dios lo reciba en su gloria con la alegria que nosotros se lo mandamos...

Almita dijo...

Un abrazo fuerte, y a acompañar a Cristina, más que nunca, con más fuerza y más coraje.