En Buenos Aires hay dos Feinmann. Uno es bueno y se llama José Pablo. El otro es malo y se llama Eduardo. Lo de bueno y malo son metáforas que ocultan la verdadera denominación: Compañero y Gorila.
En Santa Fe, en menor escala en todo sentido, tenemos algo parecido con los Cherep.
Uno es buen compañero, buen bebedor, ha sido putañero (ahora no), le gusta jugar la pelota y es un tipo con el que a los cinco minutos de charlar sentís que te hubiese gustado conocer hace muchos años para compartir, aunque más no sea, una rateada juntos. El otro es de esos que correrían a contárselo a la maestra.
El Cherep malo (alias Coni, y la verdad que no se cómo se llama) tuvo la idea de ponerse a escribir sobre fútbol en su página web, en una nota en la que destrata a Maradona, a la par que hace -sin nombrarlo- defensa de Toti Pasman.
Tituló la nota "El fin de la superchería maradoniana", y se despacha con una serie de lugares comunes que podrían resumirse con la sola una sola frase: Maradona no sabe nada. Los argumentos (aunque resulte presuntuoso ese título) son apenas penosos.
Puede compararse la nota de Cherep (ojo, el bueno es el Turquito) con el tradicional simplismo de dos señoras que salen a barrer la vereda a la mañana.
Se ataja al inicio así: "No es en afán condenatorio. Más aún: puede ser la exclamación de la autocrítica más profunda.", para después condenar al Diego a todo escarnio.
Esa frase del inicio es igual a la que utuliza el Lento Tarico cuando, imitando a una Señora del Barrio Norte porteño, empieza diciendo "Yo no tengo nada ni a favor ni en contra de..." para después matarlo desde el más repugnante gorilismo.
Todo el tiempo repite la fórmula y dice: "No voy a hablar de fútbol porque como la inmensa mayoría de los argentinos, no he pisado nunca un campo de juego profesional y no entiendo demasiado..."
¿Y qué es lo que hace después? Sí. Habla de fútbol. O intenta: "No tengo dudas que Messi es el mejor de todos los jugadores del presente. Al menos mejor que los otros que venían a destronarlo: ni Kaká, ni Ronaldo, ni Wayne Rooney demostraron ser más que Lío. Pero su talento necesitaba de engranajes secundarios que consiguieran rodearlo y hacerlo funcionar. Al principio, allá por Nigeria, pareció asomar esa idea, Pero después, otra vez, caímos en las creencias del entrenador mágico, al que “todo le sale bien” porque tiene suerte, porque es el mejor, porque es Dios. Sin cuestionarle nada."
En otro párrafo resalta las virtudes del trabajo: "El fútbol, como cualquier actividad humana profesional, demanda esfuerzos, estrategias, inteligencia, talentos y claro… también algo de suerte. Pero la suerte es un adorno. Todo lo demás, es trabajo." Cherep (el malo) contaría con documentos exclusivos en los que se demostraría que el único trabajo de Maradona consistía en persignarse ante de los partidos.
Luego cae al más pedorro "sanfilipismo" y nos grita en la cara: "Caímos en la trampa y las chapuzas de la mística pura, en la fanfarronería vulgar del que la tiene más larga, volvimos a exigir a los que preguntaban cosas razonables (te pago diez mangos por cada "pregunta razonable" que me muetres de los periodistas que estuvieron en esas conferencia. Si te doy $100 me tenés que dar vuelto), “ que nos pidan perdón”, nos pusimos desmesurados y acusamos de “antipatria” a un fulano que se animó a decir (pobrecito) que “prefería que ganara México porque nunca había ganado nada” (pero coincidís que el que dijo eso es un pelotudo o no?). Insultamos cien veces a Pelé, aún cuando Pelé no nos decía nada (Mentira: Dijo muchas pelotudeces y en pleno mundial, y eso es lo que lo hace salir en los medios). Incluso refutamos a Platini “que es igual a todos los franceses”, para descubrir después que Platini, ni otro francés de referencia, habían manifestado nada en nuestra contra (Pero te olvidás -no inocentemente- de decir que Maradona le pidió disculpas porque fueron los periodistas lo que le transmitieron muy mal lo "que dijo Platini".). Nos quejamos de los árbitros, incluso de los mismos argentinos. Dijimos “que la FIFA debía dejarse de joder con no aplicar la tecnología” (por el gol no cobrado a los ingleses), y luego, apenas un par de horas después, cuando celebrábamos las mieles del gol en Off-side de Carlitos ante los mexicanos, preferimos responder “que no jodan con eso, y que apliquen el Fair Play” (Acá quedó claro que nunca fuiste a una cancha). Dijimos que a los aztecas los “habíamos arrollado” y persistimos con esa idea, planteándole a Alemania el mismo esquema, sin un solo gramo de autocrítica, sin ninguna prevención, sin otro argumento que “le vamos a hacer el orto” (media hora antes del partido, charlando con el amigo Niembro) y que “Dios va a quererlo. Uff." (Es que hay que ser siempre el mismo, chiquito. Por ejemplo, si yo fuese periodista, diría las mismas cosas de Duhalde estando él presente o no) Nos fuimos de boca, como siempre nos vamos. Y cuando todo estaba terminado, elegimos decir que “habíamos encontrado un camino”, y aunque habíamos perdido 4- 0, “los que vengan, van a tener que continuar” (Lo mismo de antes. Si dejás de ser quien sos por un resultado, mejor dedicate a nada, porque solamente no te va a pasar nada malo cuando hagas eso: nada).
En este párrafo se advierte el pensamiento pasmaniano del escriba cuando nos ilumina: "Le abrimos el grifo sin límites a un extático (me cagaste con esa palabra. La tuve que ir a buscar: Ves que sos groso cuando querés?) entrenador amateur, que creyó que el Mundial se ganaba con bravuconeadas en conferencias de prensa, con emotivos encuentros telefónicos con sus hijas montados para la televisión, con cartelitos motivadores en los vestuarios, con medallitas rodeándole las manos, con decirle a Palermo “andá y resolveme esto”." O sea, volvemos con los documentos exclusivos, los inobjetables testimonios y las cámara ocultas que revelarían el "cero trabajo" de Maradona. Patético.
El párrafo con el que se despide -por suerte- es una obra maestra del desprecio y el rencor típico de un gorila: "Probablemente “la tenga adentro” (Yo opino que si, y que escribir esta nota no te la saca) y deba arrodillarme en la fila de los que “tienen que seguir chupándola” (Por mi no, eh...), pero de algo estoy convencido: Maradona no debió nunca ser el DT de la selección. Maradona es pura superchería, y la superchería, esta vez, perdió por goleada." ¿Estabas convencido antes que lo designaran? ¿Lo dijiste? Lo pregunto de puro onda que soy porque no te escuché o leí algo similar. A lo mejor lo dijiste y se me pasó. También lo pregunto porque no quiero caer en el lugar común "ahora con el resultado cualquier pelotudo opina" porque no da.
Lo que si me gustaría destacar en que vos, un blanquito, está CONVENCIDO. El otro, un negrito, tiene SUPERCHERÍAS. Eso es odio de clase.
Yo me quedo con el negrito; y también con el Cherep bueno que no por casualidad es bastante morochito, a quienes los resultados circunstanciales no les hace dejar de ser quienes son.
Hay dos Feinmann y dos Cherep. De los cuatro, hay dos que nunca hubiesen hecho este reportaje a Duhalde, y hay dos que los hacen:
5 comentarios:
Buen post Barricada.
Pobre muchacho este. Sigue el camino del Pilo. Solo le impora la billetera.
Impresentable Cherep y LT10.
Debe ser la unioca radio sin empleados, ya que son todos de la unl.
¿Y ahora te asombrás de este abogado franja y cagón? Qué ingenuo usted, Barricada...
gracias amigo! gran post!
Buena expedición y este post me ha ayudado mucho en mi trabajo de universidad. Agradecimiento usted como su información.
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