13/7/10

El amor y la igualdad

Desde 2003 la Argentina ha salido del infierno neoliberal de desocupación estructural y un ejército de excluidos de toda índole, un estado minúsculo sólo al servicio de la timba financiera y una sociedad cultural que miraba el Primer Mundo y estimulaba los valores del consumismo, el individualismo y el “sálvese quien pueda”. Con el liderazgo de Néstor y Cristina volvieron a hacerse carne las banderas históricas del peronismo y comenzamos a construir un modelo basado en la inclusión social: más de un millón y medio de argentinos y argentinas pudieron acceder con justicia a una jubilación largamente postergada, otros cuatro millones pudieron acceder a un trabajo y hoy más de tres millones y medio de pibes perciben la Asignación Universal por Hijo que ha permitido su reinserción al sistema social, educativo y de salud.

Hoy la tendencia inclusiva de este proceso histórico nos enfrenta en el Senado entre la universalización y ampliación del matrimonio civil y un “engendro” legal como una unión civil que sólo busca discriminar y excluir la diversidad familiar existente. El dilema es inclusión igualitaria o discriminación. Y nosotros vamos por lo primero: (Sigue acá)

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