4/4/10

Papel Prensa: el coraje de Hilda Ianover frente al silencio de los cobardes

Por Héctor Timerman (*)

Hay muchos silencios en la Argentina, demasiados. Uno de ellos es el de los radicales cuando se habla de la apropiación de Papel Prensa en 1977. Más vergonzoso es el silencio que guardan frente a la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo por recuperar a los niños secuestrados durante la dictadura. Dos de ellos posiblemente en manos de la dueña de Clarin y Papel Prensa, Ernestina Herrera.


Aquellos jóvenes alfonsinistas que en 1983 gritaban “somos la vida” hoy son la afonía.

¿Tanto vale una nota favorable en TN, Radio Mitre o Clarín?
En cambio la barbarie peronista -como le corresponde a su historia no siempre ni feliz ni pacífica- ha decidido clavar el cuchillo y reventó lo peor de la dictadura.

Ya se huele esa fetidez que emana del tumor que aun cargamos en nuestras entrañas surgido de la sangre, tortura, muerte, que como toda protuberancia política va apagando con el dinero y el poder de ciertos medios las partes sanas del cuerpo social
Curioso país donde hemos juzgado todo salvo a los civiles cuyo poder se construyó desde el horror.

Me refiero al robo de Papel Prensa y al origen de los hijos de alguien que seguro no es Ernestina Herrera de Noble.
Nos apesadumbran los periodistas.

Ese gremio que supo ser el contralor del poder y que hoy sus principales referentes se arrastran fregando con sus palabras el poder intacto de aquellos que le prestaron elegancia y glamour a la picana eléctrica y los vuelos de la muerte.


¿Recordaran los dos Ricardos (Kirscbaum y Roa) a los periodistas de Clarin asesinados por quienes entregaron Papel Prensa a sus patrones?
Se los recuerdo, Pedro Barraza, Conrado Ceretti, Daniel Daroqui, Luis Guagnini, Jorge Hariague, Enrique Raab, Edgardo Sajón y Paco Urondo.

Realmente apenan los periodistas. Debería ser obligatorio en las escuelas de periodismo que los aspirantes leyeran el siguiente texto que Joaquín Morales Solá escribió a fines del 2002:
"Una noche fría de ese tiempo ingrato, la directora de Clarín, Ernestina Herrera de Noble, nos sorprendió con el relato de la adopción de sus hijos. Había también lágrimas, muchas lágrimas, en sus ojos, pero correspondían a las emociones que despierta la alegría" "Más de 25 años después, la señora de Noble sigue llorando por esos hijos. Su detención dispara una primera injusticia: una madre no debería ser detenida sólo por serlo. Sea cual fuere el antecedente biológico de sus hijos, lo cierto es que los crió con la devoción y el cariño de una madre"

Para Morales Solá si sus patrones se encariñan con el botín tienen impunidad para robar… Al Capone estaría de acuerdo.

A los aspirantes a escribas que puedan emular un texto similar se les debería prohibir el periodismo. Ese texto es el resultado del periodismo que surge con el robo de Papel Prensa.
Ese es el periodismo que triunfa cuando los dueños de los medios aceptan comprar bienes de un detenido desaparecido que tiene una picana eléctrica en sus genitales.


Morales Solá no es el único, tampoco el peor, apenas el más conocido.
Frente a los aullidos que pegan desde Clarin los dos Ricardos (Kirschbaum y Roa) mientras empujan a la redacción a firmar notas que ni escribieron ni leyeron, sus colegas de La Nación guardan ese silencio tan aristocrático como indigno frente a cada escandalo que los involucra.

Papel Prensa es tan de Clarin como de La Nación, aunque juzgando la inteligencia de los socios es facil pensar que Magnetto era más creativo que Bartolomé Mitre a la hora de pensar patrañas.


Desde hace un tiempo el abogado Adrián Ventura intenta desde su columna periodística en La Nación explicar lo ilegal de la actual democracia. Tal vez a Adrián le interese dejar de lado por un día sus denuncias sobre la falta de legalidad del gobierno y preguntarle a sus patrones por Rafael Ianover, Pedro Martinez Segovia Y Manuel Campos Carlés.


De los tres, Ianover cometió un error imperdonable en la época en que se apropiaron de Papel Prensa. Ianover nació judío y por eso pasó 16 meses preso sin proceso. Rafael Ianover era director de Papel Prensa y un excelente contador público.

En cambio Pedro Martinez Segovia que era el Presidente de Papel Prensa jamás fue molestado. Había una razón, Martinez Segovia, que trabajaba de presta prestigio era el primo y socio de José Alfredo Martinez de Hoz.


Mientras Rafael Ianover pasaba de cárceles clandestinas a cárceles ordinarias su esposa recibió la visita de Manuel Campos Carlés, abogado del diario La Nación y la familia Mitre para convencerla que acepte dinero a cambio de unas acciones de David Graiver que Ianover tenía en custodia.

La esposa de Ianover, Hilda, se negó aduciendo lo obvio, que las acciones no les pertenecían.
Me imagino la sorpresa del descendiente del creador de la antisemita Liga Patriótica recibiendo una lección de moral de una judía, esposa de un preso político.

Puedo imaginarme a Campos Carlés frente a la valiente Hilda Ianover recordando las palabras de su pariente pronunciadas, casualmente en el centenario de la Patria:
“Si hay extranjeros que abusando de la condescendencia social ultrajan el hogar de la patria, hay caballeros patriotas capaces de presentar su vida en holocausto contra la barbarie para salvar la civilización”

Ahora en el Bicentenario me pregunto ¿quién ultrajó la patria y quién fue capaz de presentar su vida en contra la barbarie?
Tal vez Adrián Ventura podría preguntarle a Bartolomé Mitre el sentido de presionar a la esposa de un rehen de la dictadura para obtener un bien financiero.

En la redacción de Clarín tiene cierto prestigio quien se dedica a la investigación de la corrupción.
Son tapas vendedoras…
Daniel Santoro es el referente de ese estilo de periodismo en Clarín.
¿Por qué no investiga Papel Prensa?
Santoro firmó el sábado pasado, junto a sus compañeros, una nota diciendo que Lidia Graiver participó de una asamblea de accionistas en Abril de 1977. Se sabe que fue forzada a ir mientras su familia permanecía en una carcel clandestina. ¿Porqué Santoro tan ducho en investigar al poder no marca el interno de Héctor Magnetto y le pregunta?

Hace unos años Daniel Santoro ganó el prestigioso premio María Moors Cabot por su trabajo de investigación periodística. Acudí a la ceremonia realizada en la Universidad de Columbia en Nueva York. Esperé que en su discurso haga algo más que agradecerle a sus jefes.

Esperé, en vano, que se avergüence recordando lo que su patrona dijo en 1981 cuando mi padre ganó el mismo premio: “Tengo el deber moral de expresarle mi disidencia con la decisión de esa universidad de entregar este año el premio Moors Cabot al Sr. Jacobo Timerman Considero que tal distinción puede interpretarse como un aval a la intolerancia ideológica que ha hecho mucho daño a la marcha del proceso democrático en mi país”.


¿Se referirá a esa defensa de “la marcha del proceso democrático en mi país" cuando Morales Solá dice que la señora Ernestina Herrera de Noble “crió a esos chicos con la devoción y el cariño de una madre…”
¿Morales Solá pensará en Gertrudis, la madre de Hamlet, cuando describe una buena mami?


(*) Embajador argentino en los Estados Unidos

2 comentarios:

Chabon Piola dijo...

Sin desperdicios el post.
Es una pieza magistral , merece ser difundida ampliamente.
Con su permiso la voy acolocar en mi blog

Grunkel Abramov dijo...

Ok, pero que sea la última vez que pedís permiso.