4/12/14

Evitemos las discusiones para ponernos de acuerdo

Cuando nos hacen reemplazar el razonamiento por el espanto y la evidencia científica por la apelación a la "experiencia de vida" sin procesar, nos han ganado.

Hay una nueva manera de discutir que me enseñaron hace poco. Usted dice algo técnico, por ejemplo: el voltaje... Y entonces yo le digo: No me hable de voltaje, mi abuela se ha fulminado. ¡Qué me viene a hablar de voltaje! Eso es mortal.

Es un recurso de debate que anula cualquier fundamento teórico del rival.

El rival le demuestra con pelos, señales y números; cualquier cosa. Y usted le dice, por ejemplo: No me venga con razones. No me venga usted con razonamientos. Qué fácil, usted razona, claro... Y me da números; pero yo tengo a mi abuela enferma.

Chau, terminó el debate. Por eso creo, que el debate en sí es una trampa. No hay que debatir nada, porque es todo una colección de esas cosas. De cómo cortar el discurso, fragmentarlo, con intervenciones histéricas y hacer creer que eso es la razón.

O peor todavía, hacer creer que eso es mejor que la razón. Viene un tipo razona y usted saca las uñas y dice: ¡A mi me decís eso, que me pasó tal y tal cosa! Y te ganó. Y te ganó. ¡Y te ganó!

No hay manera de presentar ante la academia el escrito sobre la teoría de relatividad de Einstein, si uno te dice: ¡De qué relatividad me estás hablando, que gano mil trescientos pesos por mes! Entonces lo mejor es no prestarse a discusión ninguna.

Alejandro Dolina

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